
No todas las bandas del underground musical llamadas a “grandes” logran ganarse ese título sin perder identidad por el camino. Veremos si High Vis llegará a ese estatus de grandeza, como en la última década lo han hecho formaciones como Turnstile o Idles, pero desde luego, en la actualidad, es una de las realidades musicales más excitantes de escuchar y de ver en directo. High Vis camina esa cuerda floja con un aplomo que, al menos en Madrid, ya ha traspasado la duda del umbral del hype.
Desde que publicaron ‘No Sense No Feeling’ (2019), más cerca del hardcore que del post-todo que ahora les define, la banda ha hecho un recorrido singular: dos discos más, una inmersión hacia atmósferas grises y urbanas donde el post-punk es herencia local y, de fondo, especialmente en su entrega del año pasado, una querencia brit-pop y al sonido Madchester que los hace extrañamente pegadizos. Su último trabajo, ‘Guided Tour’ (2024), resume bien esa evolución, y el runrún de que son “la banda del momento” ya no es exclusivo de medios musicales anglosajones. Pero, ¿de verdad estamos ante algo más que una burbuja mediática? ¿O es simplemente el ciclo natural del underground británico adaptado a la necesidad de consumir bandas nuevas en la era de TikTok? Dudas razonables asentadas en que llegaban a la capital tras actuar en el Primavera Sound -OMG!- y que rondaban mi cabeza antes del concierto, pero que quedaron despejadas y archivadas tras ver su actuación en Madrid.
En la Copérnico prácticamente no cabía un alma en la noche del domingo. Expectación máxima, sí, pero también un público de lo más dispar: hardcoretas con la gorra calada, punks de los de camiseta de Eskorbuto y collar de perro, pero también de los de Vans y Pennywise, modernos con camisa de lino, algún guiri no excesivamente entrado en pintas, menores de 30 —¡existen!— y hasta pelados de Perkele y Lion’s Law. Una fotografía variopinta que tiene sentido: High Vis, oriundos de Londres y con letras que exploran la precariedad, el trabajo manual y las grietas de la clase obrera británica, conectan tanto con quien busca un estribillo coreable como con quien necesita un relato de derrota urbana entre un sonido frío, tenebroso, pero afilado, cortante, como sus guitarras. Y, sí, la expectación se concretó en un sold out —o esa sensación tuve—, en una velada que abrió la banda francesa Not Scientists.
No os voy a engañar: apenas conocía a Not Scientists antes de esa noche. Pero la sorpresa fue grata: un set sólido, directo, de punk rock melódico que encendió los ánimos del personal desde el minuto uno. Riffs potentes, coros bien planteados y la sensación de que tenían la energía suficiente para preparar el terreno al plato fuerte: High Vis.
Con la sala expectante, el inicio de High Vis fue contenido, como si todo el mundo —banda y público— necesitase un respiro antes del impacto. «Talk For Hours» fue esa calma que precede la tempestad. Pero bastó que sonaran los primeros acordes de «Altitude» para que la calma se volatilizase. La sala entró en combustión: subidas y stage dives continuados, pogos y un caos especialmente desatado cuando sonaban pistas de su primer LP, ‘No Sense, No Feeling’, como la citada «Altitude» o «Walking Wires». La emoción y la intensidad del hardcore, en High Vis, no es un reclamo vacío de nota de prensa: es sudor, salto, cuerpos volando del escenario e impactando contra la muchedumbre, el suelo pegajoso…
Graham Sayle, vocalista, ejerce de maestro de ceremonias más por presencia que por verborrea. Apenas hay discursos entre canciones; lo suyo es mirada intensa, gestos precisos, actitud arrolladora y, a mitad de bolo, camiseta fuera, tatuajes al aire, como si también el cuerpo reclamara no dejar nada en reserva. El resto de la banda va a la par: gorras de camionero y camisetas de Nasum como atrezzo estético; contundentes, compactos, sin adornos superfluos, generando esa sensación de tensión a punto de estallar en cada compás.
El setlist no dio tregua. Desde la inicial «Talk For Hours» hasta la urgencia de «Mob DLA», pasando por himnos ya incontestables como «0151», «Out Cold», «Drop Me Out» o «Mind’s A Lie», todo fue de menos a más. Pero la auténtica apoteosis llegó al final, con una Copérnico alcanzando el clímax con «The Bastard Inside» y, sobre todo, en «Choose to Lose»: apoteosis total, entrega absoluta y esa impresión, rara y valiosa, de haber presenciado algo real, una banda que trasciende todas las etiquetas con las que les catalogamos.
Cincuenta y seis minutos —sin bises— que se sintieron como un directo de los que justifican temporada entera de conciertos. Una descarga arrolladora, física, genuina. Si el futuro de la escena pasa por bandas como High Vis, que vengan todas los hypes que quieran: algunos valen la pena.
Autor: Charlie Condenado
Setlist de High Vis en Copérnico | Madrid
- «Talk For Hours»
- «Altitude»
- «Walking Wires»
- «Drop Me Out»
- «Guided Tour»
- «0151»
- «Out Cold»
- «Farringdon»
- «Mob DLA»
- «Feeling Bless»
- «Fever Dream»
- «Mind’s a Lie»
- «Trauma Bonds»
- «The Bastard Inside»
- «Choose to Lose»
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2 comentarios en “Crónica High Vis @ Copérnico | Madrid | 08/06/2025”
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