En estos tiempos oscuros que vivimos en el estado español se están haciendo tristemente habituales las informaciones sobre artistas, músicos o personas anónimas que se sientan delante del juez para hacer frente a peticiones de cárcel de la Fiscalía por el delito de expresar sus opiniones a través de una obra de arte, la letra de una canción o en las redes sociales.
La acción represora del estado español en esta materia no es nueva. Muchos lo han sufrido y, por desgracia, muchos más lo van a a sufrir. Es vieja esta reacción protectora del mal llamado sistema democrático nacional, que impone el esparadrapo en nuestras bocas e intenta callarnos. Como tampoco es reciente el carácter acusica, reaccionario y manipulador de los medios de comunicación de masas nacionales.
En esta nueva entrega de #TheStoryBehind vamos a hablar de Vulpes o Vulpess, de su ya famoso «Me gusta ser una zorra«, y, por supuesto, de la acción delatora y fiscalizadora emprendida por Luis María Ansón a través de esa cabecera casposa con olor a naftalina que responde al nombre de ABC. Una campaña mediática, destinada a erosionar al PSOE de cara a las elecciones municipales del domingo 8 de mayo de 1983, que llevó al juzgado a la banda de Barakaldo y provocó la renuncia de Carlos Tena al programa Caja de Ritmos de TVE.
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Vulpes, Vulpess
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La caja tonta
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Vultŭr, Vultŭris
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Apunten y… ¡fuego!
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Gallus vs Gallus
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Damnificados y víctimas
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Camino a la ruina
Vulpes, Vulpess
La carrera de Vulpes o Vulpess, como apareció en la portada del single Me Gusta Ser Una Zorra/Inkisición (Dos Rombos, 1983), hubiese sido muy distinta de no haber aparecido en abril de 1983 en Caja de Ritmos, programa de Televisión Española presentado por Carlos Tena. Sus tres minutos de fama televisiva les proporcionaron una polémica que a corto plazo favoreció su carrera musical, al más puro estilo Sex Pistols con Bill Grundy, pero a los pocos meses lo único que hizo fue cercenar su trayectoria tras una desastrosa gira veraniega por todo el país.
La historia de Vulpess no deja de tener los mismos inicios que los de la mayoría de las bandas punk que surgieron en la España de principios de los 80s. Amateurismo, pero muchas ganas y actitud por pasarlo bien y hacer música. Ni siquiera en un principio el proyecto estaba destinado a ser una all-female punk band. En sus primeras formaciones figuraba Bernardo Vázquez, de M.C.D. y Crisis así como también hermano de Loles y Lupe Váquez, guitarrista y batería de Vulpess respectivamente. Pasaron más de diez chicas hasta dar con la formación del escándalo.
No quiero hablar contigo sobre literatura o juzgarte como persona. Quiero que me persigas, quiero ser tu perro – Iggy Pop
La estabilidad no llegó al grupo hasta 1982, cuando el cuarteto queda compuesto por Loles a la guitarra, Lupe a la batería, Begoña Astigarraga al bajo y Mamen Rodrigo a la voz. Como todas las bandas del momento en su repertorio en directo se pueden encontrar composiciones propias y algunas versiones. Entre estas covers destacan “Suzy es una cabezota”, originalmente “Sheena is a Punk Rocker” de Ramones; «Warhead» de UK Subs e, incluso, una del mismísimo Loquillo en su época con Intocables: «Es sólo un sueño«, que también es versión de “Something Else” de Eddie Cochran.
En su setlist no faltaba»I Wanna Be Your Dog» de The Stooges transformada en «Me gusta ser una zorra«. El tema originalmente fue editado en el homónimo álbum de debut de The Stooges, publicado en 1969 por Elektra Records. El carismático frontman de la banda de Michigan, Iggy Pop compuso una letra en la que muestra su deseo de ser utilizado sexualmente por una mujer.
En una entrevista concedida al periodista Howard Stern, Iggy explicó el sentimiento que hay detrás de la canción: «¿Alguna vez has visto como una chica muy guapa, muy bien vestida, está caminando por la calle con su perro, ¿a que sí? Y como su perro está intimando con su cuerpo y a ella le gusta. Básicamente, es la idea de que quiero transmitir, quiero unirme a tu cuerpo. No quiero hablar contigo sobre literatura o juzgarte como persona. Quiero que me persigas, quiero ser tu perro«.
La Caja Tonta
Lo cierto es que a más de uno puede sorprender que una banda sin referencia discográfica alguna como el caso de Vulpess pueda aparecer en la televisión pública a nivel nacional. Sin embargo, aunque resulte llamativo para los más jóvenes, en la década de los 80 aún existían programas musicales en TVE que apostaban por los nuevos valores emergentes de la escena nacional sin necesidad del respaldo de un sello.
Uno de estos espacios musicales de TVE a principios de la década fue Caja de Ritmos, que presentaba Carlos Tena, que durante los 80s tuvo varios programas en el ente como ¿Pop Qué? o A Uan Babuluba Balam Bambu. Sin embargo, Caja de Ritmos destacó por su breve existencia. Su primera entrega llegó a las pantallas de todos los españoles un 9 de abril y el último programa fue el 16 del mismo mes, dejando sin emitir grabaciones de Almodóvar y McNamara, Siniestro Total o Parálisis Permanente. El coste de cada uno de los 13 programas de la primera temporada oscilaba sobre 1.200.000 pesetas -unos 7.200€ de la actualidad-.
Vulpess aparecieron en la emisión del 16 de abril de 1983, al parecer por sugerencia de Diego Manrique ya que el director del programa admitió no conocer a la banda hasta que éste le habló de ella. El cuarteto femenino de Barakaldo había publicado dos demos durante el año anterior: Maqueta (1982) y Euskadi’82 (1982). Para elegir la canción que iba a aparecer en televisión, grabaron dos temas en los estudios Xoxoa. Finalmente, el seleccionado para el videoclip fue la versión de «I Wanna Be Your Dog«, adaptada para la posteridad de la música estatal como «Me gusta ser una zorra«.
Vulpess no iba a ser la única banda del País Vasco en aparecer en las emisiones de Caja de Ritmos. Además del cuarteto vizcaíno, Tena había seleccionado a otras tres bandas vascas para ser emitidas en TVE: Lavabos Iturriága, Los Santos y Motos. La canción de Vulpess fue emitida el sábado, 16 de abril, por la mañana, es decir, en el llamado horario infantil, lo cuál fue el gran argumento de ABC para montar una polémica con la que atizar al gobierno de Felipe González por su gestión amoral del ente público.
Vultŭr, Vultŭris
Tanto Iggy Pop como Ron y Scott Ashenton, especialmente el peculiar cantante, hubieran estado muy orgullosos de la tormenta mediática desatada a raíz de la aparición en Televisión Española de Vulpess, versionando «I Wanna Be Your Dog» como «Me gusta ser una zorra«, aunque probablemente, en 1983, los hermanos estarían más preocupados en buscarse la vida para no ser desahuciados de casa de su madre y el vocalista en seguir con su carrera en solitario, lo que le permitía pagar todas las facturas… y politoxicomanías! Tan sólo hay que recordar la impactante actuación de The Stooges en Cincinnatti en 1970, cuando Iggy caminó sobre el público y se embadurnó de crema de cacahuete mientras la WLWT emitía en directo, para saber que estarían orgullosos del escándalo organizado por sus discípulas.
Mientras los ex componentes de The Stooges se buscaban la vida al otro lado del Atlántico, en España se iba a desatar toda una cacería del vulpes -zorro/a en latín- o, mejor dicho, de Las Vulpes. En esta cacería no iban a predominar los nobles británicos enfundados en casacas rojas a lomos de corceles estilizados mientras un ejército de perros persigue el rastro del desgraciado animal. No. Como Spain is different, los vulturis -buitres en latín- de la prensa fueron los primeros en oler la carroña y en levantar la veda para preparar un clima de indignación generalizada que justificase la intervención de la Fiscalía General del Estado. Os suena, ¿verdad?
Destacó la acción de un vultur -buitre en latín- en especial. Con el año nuevo de 1983, un monárquico de corte liberal conservador como Luis María Ansón había llegado a la dirección del diario ABC, tras pasar ocho años en la presidencia de la agencia EFE, en sustitución de Guillermo Luca de Tena. La cabecera madrileña, que se caracterizaba por tener una audiencia reaccionaria, tradicionalista y católica, iba a lanzar en la persecución contra las zorras a toda una manada de chuchos rabiosos sedientos de sangre.
A falta de los modernos Hermann Tertsch, José Manuel De Prada, Salvador Sostres o Isabel San Sebastián, a principios de la década de los 80 el consejo rector de las buenas maneras y costumbres estaba compuesto por las plumas a sueldo de Antonio Gala, Javier Pradera, José García Nieto, Camilo José Cela, Jaime Campmany o Francisco Umbral, entre otros. A la voz de sus amos, firmaron artículos y columnas de opinión abordando esta emergencia nacional en un país en el que había casi 2,5 millones de parados -17,2% de la población activa- y una tasa de inflación del 12%.
Apunten y… ¡fuego!
La primera referencia publicada en ABC sobre Vulpess fue el anuncio de su intervención en el programa La Caja de los Ritmos, que el Primer Programa de TVE emitió a las 12.30 horas del sábado, 16 de abril de 1983. Junto al grupo vasco también participaron Polanski y el Ardor, TNT e Iniciados. En la sinopsis se puede leer: «Huyendo de las garras de Mágnum El Pesado, el tirano terrícola, nuestro héroe vaga por el espacio exterior en busca de un planeta tolerante para todo tipo de músicas» –ver artículo–. No deja de encerrar bastante ironía viendo los sucesos posteriores.
Sin embargo, la siguiente mención no iba a ser tan amable con el cuarteto. «Un anciano busca canciones por el Cosmos en la caja de los ritmos que dirige Carlos Tena. La canción que encontró el sábado pasado -«Yo quiero ser una zorra»… o algo así- interpretada por el dúo femenino Vulpess. No habrá gustado a la Asociación de Padres de Familia que agrupa a miles de españoles… Ha sido la más soez, procaz, insultante, etcétera, de las programadas hasta ahora en el medio. Es un programa para gente joven en la mañana sabática de los niños«–ver artículo–.
Tras la publicación de varias cartas al director e incluso de la información de creación de una Comisión por una televisión digna –ver artículo–, la ofensiva del diario de Ansón se reanudó el 30 de abril, en la edición de Sevilla, toda una página -ver la galería- de testimonios indignados con la versión. «Rechazo generalizado a la canción de Las Vulpes» o «Canción obscena e inadmisible«. Entre los damnificados que aportaban su terrible experiencia a la edición andaluza del diario madrileño se encontraban personajes de la talla de Jose Carlos Campos Camacho -vicepresidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla-, Asunción Milá de Salinas -presidenta de Amnistía Internacional en Sevilla-, Alfredo Flores Pérez -teniente fiscal de la Audiencia Territorial de Sevilla- o el mismísimo Chiquetete.
Unos testimonios de personalidades atormentadas por la emisión de «Me gusta ser una zorra» que llegaron justo en el momento en el que la Fiscalía General del Estado decidió emprender acciones legales contra Vulpess y Carlos Tena. El titular de la misma, Luis Burón Barba, dio instrucciones a la Audiencia Territorial de Madrid para que tramitara dicha querella por el delito de escándalo público.
La denuncia era por infringir los artículos 431 y 432 del Código Penal, «El que de cualquier modo ofendiere el pudor o las buenas costumbres con hecho de grave escándalo o trascendencia incurrirá en las penas de arresto mayor, multa de 10.000 a 50.000 pesetas e inhabilitación especial. Si el ofendido fuere menor de veintiún años, se impondrá la pena de privación de libertad en su grado máximo«. La petición de la Fiscalía fue de cinco años de cárcel y diez de inhabilitación tanto para el grupo como para el presentador.
Gallus vs Gallus
La campaña emprendida por ABC no buscaba como objetivo principal que Vulpess o Tena acabasen en prisión, en todo caso hubiera sido un beneficio colateral. Ansón lo único que quería era hacer ruido y atacar al tierno gobierno del PSOE de cara a arañar votos en las elecciones municipales que se iban a celebrar en junio de 1983 y beneficiar así a Alianza Popular -pre Partido Popular– del ex ministro franquista Manuel Fraga. Apelando con un mensaje emocional a esa parte de centristas que había caído rendido ante los cantos de sirena de González.
En esta guerra política y mediática, el PSOE también usó a su propia policía del pensamiento, es decir, el grupo PRISA. Desatando las hostilidades a través de su principal diario: El País y, sobre todo, usando a su director, José Luis Cebrián, y al editorialista Javier Pradera para atacar a la figura de Ansón. Toda una pelea de gallus -gallos en latín- que empezó el 3 de mayo de 1983. En el editorial de El País titulado ‘Me gusta ser una zorra‘ se podía leer: «Ningún código criminal puede obligar a la juventud de un país a no tocar, no cantar o no escuchar un determinado tipo de música, gústenle o no al fiscal general del Estado sus letras y sus estribillos«.
El editorial del diario de PRISA se despachó a gusto con el fiscal general del Estado. «Luis Burón ha dejado en mantillas a los censores del franquismo -que autorizaron finalmente el Diccionario secreto de Camilo José Cela-, al querellarse contra la letra de una canción interpretada por un modesto conjunto musical«. También se pudo leer que «el fiscal general del Estado ha aplicado los artículos 431 y 432 del Código Penal, definidores del escándalo público, como si nuestra normativa penal, promulgada por el anterior régimen, no tuviera que ser interpretada necesariamente a la luz de la Constitución, que ampara las libertades, el derecho a la discrepancia y la protección a la diferencia«.
El País no sólo se conformó con acusar implícitamente de franquista a Burón, también puso en duda su competencia e idoneidad para seguir en el puesto. «Queda, pues, abierta la incógnita sobre la capacidad del actual fiscal general del Estado para seguir desempeñando un cargo que no sólo exige contar con la confianza del Poder Ejecutivo, sino que también precisa de su titular la sensibilidad necesaria para sintonizar con los valores de la mayoría parlarmentaria y de su electorado«.
Queda, pues, abierta la incógnita sobre la capacidad del actual fiscal general del Estado para seguir desempeñando el cargo – El País
La respuesta desde el otro lado de la caverna no tardó en llegar a través del editorial de ABC del 4 de mayo de 1983. La edición del día venía caliente desde la portada, donde Ansón acusaba a «exaltados socialistas» de golpear en Vallecas a Jorge Verstrynge, candidato a la alcaldía de Madrid. ‘Me gusta ser una zorra, manipulada por El País‘, así rezaba el editorial del medio conservador. «El diario El País presentaba la querella del fiscal general del Estado como una agresión a la libertad de expresión. Pues no. La manipulación no puede resultar más burda«. –ver artículo–
ABC hacía especial énfasis en que no estaba contra la letra si no que su malestar radicaba en la emisión de la canción en horario destinado al público infantil. «Como el fiscal no se ha plegado dócilmente a hacer lo que le gustaría a nuestro gentil colega, le ha amenazado con pedir la dimisión. Ese cierto aire de matonería ni ha impedido ni va a impedir que el fiscal cumpla con su deber. Porque no se persigue a una canción. Se persigue que haya sido emitida por la única Televisión en un espacio para niños y adolescentes«. –ver artículo–
Si el 3 de mayo –ver artículo—, Campmany se había despachado a gusto en ABC diciendo: «Los defensores de Las Zorras, que los dos oficios son igual de viejos y socorridos, y el uno nace con el otro, están dispersando sus ímpetus«. Artículo que al día siguiente obtuvo respuesta en la columna que Paco Umbral dedicó a otro de los héroes de nuestro tiempo: Bertín Osborne. «Las Vulpes son lo que uno entiende por lenguaje/conducta. Un hablar que equivale a un obrar. Bertín Osborne no es que nos comunique un mensaje frío, sino que no nos comunica nada, no nos vende nada, y cobrar por nada es porno«.
El intercambio de opiniones entre ambos medios continuó hasta que el 10 de mayo, Fernando Savater publicó en El País un artículo de opinión titulado ‘La zorra y los bustos‘. «El «patrón ABC» para medir la trascendencia de las cosas: según éste, nos escandalizarán las alegres o sórdidas confesiones de las zorras, la homosexualidad de algún gobernador civil y el método seguido para expropiar los bienes de Rumasa; pero no, en cambio, el cinismo criminal de las dictaduras que entregan a la misericordia divina sus desaparecidos, ni tampoco la desfachatez (que no es, por cierto, quitarse de encima lo facha) de quienes fueron cómplices y entusiastas del franquismo«.
Damnificados y víctimas
El primer gran damnificado de la guerra ABC-TVE fue el programa Caja de Ritmos que tras su segundo episodio, el del 16 de abril, quedó en suspenso para no emitirse jamás tras la dimisión de Carlos Tena. Curiosamente, aunque gran parte de la batalla mediática se libró en mayo, la actividad del programa se suspendió el 30 de abril, aunque no hubo emisión el 23 de ese mes debido a la retransmisión de un festejo taurino. «El Ministerio del Interior, por ejemplo, prohíbe la asistencia de menores de catorce años a las corridas. Si es así, ¿por qué el día 23 se levantó nuestro programa y se emitió, en su lugar, una corrida?«, adujo Tena en su defensa de emisión en horario infantil.
La segunda víctima fue el propio presentador del programa, que dimitió una vez la querella de la Fiscalía fue admitida a trámite, aunque solicitó su regreso a Radio Nacional de España –ver artículo—. Otro de los dañados colateralmente fue el director de Radio Televisión Española, José María Calviño, que se vio en el ojo del huracán cuando todo apuntaba a su dimisión pero resistió los embistes de ABC y de los parlamentarios conservadores. En su comparecencia ante la Comisión de Control, el director de RTVE no dudo en señalar al diario capitalino como gran culpable de la situación: «El vehículo del escándalo no fue TVE, sino un periódico que promocionó el hecho y que se alegró de haber vendido más ejemplares«. No fue relevado en el puesto hasta después de las elecciones de 1986, cuando le sustituyó Pilar Miró.
La parte más perjudica fue la que representaban las Vulpess. En un reportaje de Rosa Montero en El País, el cuarteto dejó clara su opinión sobre la polémica canción. «O sea, que mucho escándalo, sí, pero el escándalo lo han montado los periódicos, que si hay que procesar a alguien es a Ansón«, escribía la periodista del diario madrileño a lo que Vulpess añadieron que «pero si está clarísimo, está clarísimo que es una campaña política«. Una postura replicada por ABC al día siguiente mediante un artículo de Campmany: “O sea, que el autor escribe la letra; Las Vulpes, la cantan; don Carlos Tena, la programa; Televisión, la autoriza y emite. Pero a quien hay que llevar a la cárcel es a don Luis María Ansón”.
Les jodió el tema «Policía asesina, asesina a un policía» y que paráramos el concierto diciendo que no necesitábamos gorilas en nuestra actuación, y dos estaban dando ostias a la gente que bailaban pogo en las primeras filas, nos pusieron una alambrada de espino delante… fue muy fuerte – Loles Vazquez sobre su concierto en Rockola
Las grandes perdedoras fueron las integrantes de Vulpess a pesar de las declaraciones de Tena, «son quieres verdaderamente han ganado con este asunto, les llueven las peticiones«. Su polémico paso por televisión favoreció su carrera durante las primeras semanas. En el reportaje del diario El País mostraban como su carrera se había acelerado tras el vídeo de Caja de Ritmos. «El de la casa de discos (un sello independiente) no hace más que decir que hay que sacar el single a la calle. Desde que estalló la bomba ha sido el no parar, un par de casas discográficas han querido contratarlas«. De hecho, en el texto comentan que al día siguiente la banda iba a Madrid a grabar su primer larga duración que no llegó a ver la luz.
El single de Me Gusta Ser Una Zorra/Inkisición se puso a la venta en junio de 1983, vendiéndose con cierta rapidez las más de 10.000 copias que se hicieron en dos tiradas. Con un single de éxito, un disco gestándose y su caso todavía caliente en la prensa, llegó la hora de tocar en directo. «Hoy Madrid y mañana la nación«, decían Commando 9mm, y algo así pretendían hacer Vulpess. Su actuación en Rockola, una de las más exitosas en la historia de la mítica sala madrileña, sin embargo acabó en polémica. «No saben cantar pero conforme a la manera y moda «punk», escupieron con generosos salivazos a los espectadores e insultaron con vocabulario de grueso calibre a los periodistas«, decía ABC –ver artículo–
Los mismos gorilas pegaron una paliza a Mamen, Bego y el mánager, encerrándoles en la parte baja de la discoteca. Les jodió el tema «Policía asesina, asesina a un policía» y que paráramos el concierto, diciendo que no necesitábamos gorilas en nuestra actuación, y dos estaban dando ostias a la gente que bailaban pogo en las primeras filas, nos pusieron una alambrada de espino delante… fue muy fuerte«, recuerda Loles.
Camino a la ruina
Tras el concierto en Madrid llegaba el momento de pasear el fenómeno Vulpess por todo el país, pero en la gira también les siguieron los problemas. Desde dos autobuses repletos de fachas procedentes de León que sabotearon su concierto en Benavente hasta papelinas de cocaína encontradas en las maletas durante su viaje a Palma de Mallorca. Pero, sobre todo, el mayor problema con el que se enfrentaron fue el de la cancelación de muchos conciertos o el compartir escenario con bandas con las que no tenían nada que ver, como Azul y Negro o Barón Rojo.
Todos estos problemas llevaron a la separación del grupo. «Nosotras no queríamos ser un montaje, el grupo nació con la idea de divertirnos tocando y ya no nos divertíamos. También influyó que firmamos una gira por España el verano del ‘83 con «x» galas. Nos comprometimos a no tocar en 100 km a la redonda antes de la fecha que habíamos firmado con ellos. Tocaban muchos sitios, así que era difícil lo de aceptar más conciertos. Resultó todo mentira, íbamos a los sitios donde se suponía que teníamos que tocar y allí no había nadie, ni concierto ni nada… Éramos muy jóvenes para entender de esos chanchullos y nos las dieron por todos lados. Todas estas cosas nos fueron quemando, discutíamos entre nosotras así que decidimos separarnos«, explica Loles Vázquez en una entrevista concedida años después.
Las Vulpess saltan a la fama (y se desintegran). Tena es procesado por el Fiscal General del Estado, TVE cancela el programa, y Luis María Ansón comprueba que los rojos se acojonan fácilmente – Diego Manrique
«Carlos Tena preparaba un nuevo programa, con grupos sólo nacionales. Le comentaron que en Bilbao había uno formado sólo por chicas y así fue todo, demasiado rápido, aparte, eran otros tiempos y nos comentaron que el vídeo saldría censurado, y cada vez que se escuchara un taco, sonaría un pitido, no lo hicieron… y esa fue la excusa que tuvo Ansón y el ABC para montarla. El vídeo salió en TVE el 16/04/83 y la portada del ABC el 1/05/83. Era época de elecciones, quería destruir a Calviño«, reflexiona sobre todo lo sucedido a Vulpess en 1983. A la hora de valorar las consecuencias, Loles admitió que fueron «más bien malas». «Nos pilló jóvenes y como te he comentado, con pocas horas de ensayo. No sabíamos donde nos metíamos; fue todo de un día para otro. Con nuestros conciertos por Euskadi, y poco a poco al principio, hubiera ido todo mejor«.
Finalmente, en 1986 tanto Vulpess como Carlos Tena terminaron absueltos del juicio sobre alteración del orden público. Sin embargo, la banda se había disuelto en 1983 aunque dieron unos conciertos en Bilbao durante 1985 para recaudar fondos para la sala Garage. Quién mejor resumió todo el affaire Vulpess fue Diego Manrique, el periodista de Radio 3 dio en el clavo al afirmar que “Las Vulpess saltan a la fama (y se desintegran). Tena es procesado por el Fiscal General del Estado, TVE cancela el programa, y Luis María Anson comprueba que los rojos se acojonan fácilmente”. A que esto también os suena, ¿verdad?
Autor: Charlie Condenado
Fuentes:
- Hemeroteca ABC
- Archivo Web de El País
- Biografía de Las Vulpess en LaFonoteca.net
- ‘Escándalo en TVE por la emisión de «Me gusta ser una zorra» de Las Vulpess’ de La Hemeroteca del Buitre
- ‘Caja de Ritmos’83‘ de Nostalgia 80
- ‘Me gusta ser una zorra, en horario infantil‘ de Resaca Cultural
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