Grrrls Wanna Riot

Desde hace unos meses teníamos en mente publicar un artículo sobre el movimiento Riot Grrrl. Hemos pensado que nada mejor que publicarlo en la vispvís del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora y que en España, además, coincide con una segunda huelga general feminista que apoyamos desde este blog. Un movimiento desencadenado en la escena punk rock estadounid a principios de los años 90 desde la ciudad de Olympia, en el estado de Washington, con la intención de poner sobre la mesa los valores feministas, denunciar la violencia sobre las mujeres y el acento exclusivamente masculino de la música rock en todas sus vertientes. 


01. La Tercera Ola

02. Punk y Feminismo

03. There’s Gonna Be A Girl Riot

04. Los Zines 

05. Manifiesto

06. Las Bandas

07. Las críticas

08. Las canciones

09. Media: Libros y documentales online

10. Podcast


01. La tercera ola

Desde finales de la década de los años 80 pero especialmente durante la de los 90, el movimiento feminista va a vivir su tercera ola. El término procede de un artículo de Rebecca Walker: Becoming The Third Wave, publicado en la revista Ms en 1992. En el escrito describe el proceso de descrédito que vivía Anita Hill en su denuncia de acoso sexual a Clarence Thomas, que había sido propuesto para el Tribunal Supremo de Estados Unidos.

Por eso escribo esto, como un llamamiento a todas las mujeres, especialmente a las mujeres de mi generación: tomad el testimonio de Thomas como recordatorio, como lo he hecho yo, de que la lucha está lejos de haberse terminado. Permite que esta desestimación de la experiencia de una mujer movilice tu ira. Convierte este atropello en poder político. No les votes a menos que trabajen para nosotras. No tengas sexo con ellos, no compartas el pan con ellos, no les alimentes si no priorizan nuestra libertad a controlar nuestros cuerpos y nuestras vidas.

No soy una feminista postfeminista. Soy la Tercera Ola.

A finales de esta década, Rebecca Walker creó la fundación Third Wave Action Foundation junto a Shannon Liss. Su lema, “working towards gender, racial, economic, and social justice” (“trabajando por la igualdad y justicia de género, racial, económica y social”). Se ha convertido en una de las figuras más importante de esta tercera ola feminista. Desde esta corriente se considera que durante la primera y segunda ola, se divulgaban valores e ideales demasiado conservadores y estrictos sobre el papel de la mujer en la sociedad. Por ello, apuestan por teorías y pensamientos más liberales y flexibles.

02. Punk y Feminismo

Desde mediados de la década de los años 70, el punk se presentó en escena como un movimiento renovador en lo musical, pero también transgresor y revolucionario desde un punto de vista social. Un sonido rompedor y transgresivo capaz de impulsar una nueva estética, de cambiar la moda, de influenciar otros aspectos culturales. El punk también permitió ganar visibilidad a la mujer dentro de una escena musical que, en general, únicamente reservaba el papel de objeto decorador, una cara bonita o una preciosa voz que en pocas ocasiones era derribada por artistas como Wanda Jackson o Janis Joplin

En los clubes de Nueva York donde emergió la infección punk también había féminas con mando en plaza, como son los casos de Patti Smith; Poison Ivy en The Cramps; Tina Weymouth, batería de Talking Heads; o de Debbie Harry en Blondie. En el otro extremo de los Estados Unidos, en California se encontraban The Bags o el grupo de new wave The Go-Go’s, completamente compuesto por mujeres; así como  Exene Cervenka y Penelope Houston llevaban la voz cantante de X y The Avengers respectivamente; o Wendy O. Williams escandalizaba al frente de The Plasmatics.

En la escena punk británica emergieron bandas femeninas como The Slits o The Raincoats; otras lideradas por mujeres como es el caso de Siouxsie Sioux en Siouxsie and the Banshees, Poly Styrene al frente de X-Ray Spex  o Beki Bondage en Vice Squad; Gaye Advert era la bajista de los The Adverts que triunfaban con «Gary Gilmore’s Eyes» y Louise Wright hacía lo propio en los dos primeros de The Partisans; o Lesley Woods y Jane Munro de Au Pairs

Según se fue desarrollando la escena punk fue replicando conductas similares a las que había en la sociedad. En Estados Unidos se había construido una escena punk rock casi tan patriarcal como podía serlo la sociedad estadounidense en general. El punk también relegó a bandas y artistas femeninas a un segundo plano, no tomando en serio sus propuestas. Incluso el fanzine londinense Sniffin’ Glue llevó a publicar: «Punk are not girls«. Esto iba a cambiar desde comienzos de la década de los años 90. 

03. There’s Gonna Be A Riot

Dentro del nuevo marco de la tercera ola de la lucha feminista se desarrolló el movimiento riot grrrl en uunaescena punk que frustraba a las mujeres. Canalizaron este sentimiento para transformarla y también cambiar el mundo musical dominado por hombres blancos. Sintieron que no tenían espacio dentro de la escena y apostaron por crear uno nuevo para ellas. Adoptaron el espíritu DIY tan propio del punk pa sacar adelante sus propios grupos, festivales y fanzines. 

En este sentido, Tobi Vail, batería de Bikini Kill, declaró que “no solo vivimos en una sociedad patriarcal totalmente jodida dirigida por hombres blancos que no representan nuestros intereses en absoluto, sino que estamos en un país donde a esas personas no les importa si vivimos o morimos. Y eso es bastante aterrador «. Sin embargo, la importancia de Vail para el movimiento riot grrrl empezó mucho antes de que cogiera las baquetas de Bikini Kill. 

En 1989 era una veinteañera trabajadora en una tienda de sandwich de Olympia que comenzó a publicar un fanzine de carácter feminista: Jigsaw. En él escribió que «me siento completamente excluida de todo lo que es tan importante para mí. Y sé que esto es en parte porque el punk rock es por y para los chicos«. El número #2 cayó en las manos de Kathleen Hanna que se puso en contacto con Vail y comenzó a colaborar enviando entrevistas. Aquí comenzó el germen de Bikini Kill, que cobraría vida en 1990 cuando se les unió Kathi Wilcox.

Fue en las páginas de Jigsaw donde apareció por primera vez el término «grrrl«, que unía la palabra «girl» con la onomatopeya del gruñido «grrr«. En la tercera entrega del fanzine, editada en 1991, como subtítulo figura «angry grrrl zine«. Sin embargo, el término empezó a ser popular y en la cuarta entrega, cada aparición en el texto de «grrrl» fue tachada por Vail. 

La otra palabra que da nombre al movimiento, «riot» tiene su origen en otra de las bandas claves del mismo: Bratmobile. Tras unos disturbios raciales que acabaron con la muerte de un joven de origen hondureño que acaecieron en Washington DC en el invierno de 1991, una joven Jen Smith envió una carta a Allison Wolfe, quién junto a su compañera de estudios Molly Neuman editaban el fanzine Girl Germs. Según las fuentes, Jen Smith escribió en esta carta «this summer’s going to be a girl riot» o «we need to start a riot«.

En ese verano de 1991, Wolfe y Neuman visitaron Washington DC, donde contactaron con Smith y Christina Billote para que se unieran a su proyecto musical. Grabaron su primera demo que fue editada en formato cassette bajo el título de Bratbomile DC. No fue el único proyecto que surgió de aquel movimiento. Jen propuso a todas que colaborasen en un nuevo fanzine llamado Girl Riot, que serviría como una red para mujeres jóvenes. Molly Neuman comenzó el proyecto, lanzado bajo el nombre de Riot Grrrl, con contribuciones de Smith, Wolfe y las componentes de Bikini Kill.

04. Los Zines

Como hemos visto más arriba, la creación de fanzines y su difusión dentro del colectivo fue muy importante para el movimiento riot grrrl. No sólo en sus primeros pasos, como hemos visto con Jigsaw, Girl Germs, Bikini Kill o Riot Grrrl, también en el desarrollo posterior del movimiento. La creación de medios de comunicación propios, los fanzines, era otro de los elementos que permitía al movimiento crear su propio espacio por y para la mujer. 

El primer fanzine del movimiento fue Jigsaw, creado por Tobi Vail en 1989 y gracias a él encontró en contacto con Kathleen Hanna, que colaboró especialmente en los números #3 y #4; pero también tuvo contribuciones de en Smith, de Red Rover; o Molly Neuman de Girl Germs; o Donna Dresch, de Chainsaw, que fue uno de los fanzines de referencia durante el proceso gestación del riot grrrl.

Se publicaron cuatro números a finales de los años 80s y primeros 90s, fue uno de los primeros queercore zine pero también captó la atención del movimiento una vez que empezó a cubrir la participación de las mujeres en la escena musical. En su último número, el #4, incluyó una cassette con canciones de sus bandas underground preferidas y el fanzine pasó a ser un sello musical, en el que además de publicar a su propia banda, Team Dresch, también ha sacado referencias de grupos destacados como Sleater Kinney.

De la sociedad entre Vail y Hanna nació a principios de los 90s Bikini Kill, en la que también colaboraba Kathi Wilcox. Pero antes de formar el grupo grupo junto a Billy Karren, crearon una publicación que hablaba de punk rock, de las mujeres en los grupos, de temas feministas, política o del movimiento riot grrrl. Por supuesto, también cubrían la escena de Olympia, del estado de Washington y de San Francisco, promocionando bandas como Bratmobile, Heavens to Betsy, Nirvana, Fugazi o Nation of Ulysses.  

Girl Germs, obra de Neuman y Allison Wolfe, que estudiaban en la Universidad de Oregón, surgió a raíz de que Vail pidiera que hicieran un grupo y un fanzine. Como hemos visto, ambas entraron en contacto con Jen Smith, que editó a principios de los 90s Red Rover en Washington DC. En su segunda entrega, comenzó a hablar de temas como el DIY, las bandas lo-fi como Slant 6 o proyectos en los que estaban implicadas amigos como Donna Dresch y su primera cassette o Embassy Tapes de Tim Green

Del encuentro entre las tres, además de la cassette Bratmobile DC, también surgirá la idea de crear un fanzine llamada Riot Grrrl, que terminará dando nombre a todo un movimiento. Durante algún tiempo  fue una publicación semanal que cubría la escena alrededor de Bratmobile y Bikini Kill, tanto Vail como Hanna eran colaboradoras; pero también otros temas como el papel de la mujer no sólo en la escena punk, también en la sociedad.

Aproximadamente dos años después de la introducción de Riot Grrrl zine, se formó una pequeña red de Riot Grrrl que se extendió a Nueva York, Chicago, Philadelphia y Richmond. Estos eran grupos que abarcan un rango de edad desde secundaria a universidad, se reunían a menudo para discutir ideas, planificar festivales y apoyar la música de cada una de sus bandas. 

Todas estas publicaciones y muchas más que vinieron después, además de potenciar y dar visibilidad a una escena musical hecha por mujeres, también sirvieron como un lugar para discutir temas que se consideraron tabú en la cultura general, como la violación, el incesto o los trastornos alimentarios. Permitieron a las mujeres establecer conexiones con otras con las que compartir ideas y experiencias similares. En última instancia, crearon una comunidad alrededor de ellos.

05. El manifiesto

Todo movimiento necesita de un manifiesto. El de las riot grrrls fue publicado en el número #2 del fanzine Bikini Kill, que realizaba Kathleen Hanna, que también era la vocalista de la banda del mismo nombre. Esta es la traducción del manifiesto original:

– Porque para nosotras, las chicas que morimos por discos y libros y fanzines que hablen de nosotras, nos sintamos incluidas y podamos entender a nuestra manera.

Porque queremos hacerlo más fácil para las chicas: el hecho de ver y escuchar el trabajo del otro, para que podamos compartir estrategias y criticar o aplaudir a otros.

– Porque hay que hacerse cargo de los medios de producción con el fin de crear nuestras propias quejas.

– Porque ver nuestro trabajo como estar conectado a nuestras novias-la política-la vida real es esencial si queremos averiguar cómo lo estamos haciendo y ver los impactos, reflejos, o que perturbe el status quo.

– Porque reconocemos las fantasías de la revolución instantánea armamentística machista como mentiras poco prácticas destinadas a mantenernos simplemente soñando en lugar de convertirnos en nuestros sueños, buscando así crear la revolución en nuestras vidas todos los días imaginando y creando formas alternativas a la mierda capitalista cristiana de hacer las cosas.

– Porque queremos y necesitamos fomentar y ser alentadas en nuestras propias inseguridades, en la cara del chongo rockero cervecero que nos dice que no podemos tocar nuestros instrumentos, en la cara de autoridades que dicen que nuestras bandas o zines / etc son los peores en los EE.UU.

– Porque no queremos asimilar las normas de otros (varones) de lo que es o no es.

– Porque no estamos dispuestas a fallar en virtud de las reclamaciones que somos reaccionarias «sexistas invertidas” y no a los TRUEPUNKROCKSOULCRUSADERS que bien sabemos que lo somos.

– Porque sabemos que la vida es mucho más que la supervivencia física y somos claramente conscientes que el punk rock, la idea «puedes hacer lo que sea» es crucial para la llegada de la revolución de unas enojadas riot grrrl que tratan de salvar la vida psíquica y cultural de las chicas y mujeres en todas partes, según nuestros propios términos, no los vuestros.

– Porque estamos interesadas en crear modos no jerárquicas de ser y hacer música. Hacer amigos y escenas basadas en la comunicación más la comprensión, en lugar de competencias con categorías de bueno o malo.

– Porque el hacer / leer / ver / escuchar cosas interesantes que validan y nos desafían nos puede ayudar a ganar la fuerza y el sentido de comunidad que necesitamos con el fin de averiguar cómo mierdas como el racismo, la discriminación por edad, el especismo, el clasismo, el sexismo, el antisemitismo y el heterosexismo figuran en nuestras propias vidas.

– Porque vemos el fomento y el apoyo a escenas de las mujeres y artistas de todo tipo como parte integral de este proceso.

– Porque odiamos al capitalismo en todas sus formas y ver nuestro principal objetivo como compartir información y mantenerse con vida, en lugar de obtener beneficios de ser cool de acuerdo a las normas tradicionales.

– Porque estamos enojadas con una sociedad que nos dice: “chica” igual chica tonta, igual chica mala igual débil.

– Porque no estamos dispuestas a dejar que nuestra real y válida ira sea difundida y/o vuelta en nuestra contra a través de la internalización del sexismo.

– Porque creemos con todo nuestro corazón, mente y cuerpo que las mujeres constituyen una fuerza de alma revolucionaria que puede y va a cambiar el mundo real.

The riot grrrl manifesto was published 1991 in the BIKINI KILL ZINE 2 by Kathleen Hanna
The Riot Grrrl Manifiesto fue publicado en 1991 en BIKINI KILL ZINE 2 de Kathleen Hanna y Tobi Vail

06. Las Bandas

Jen Smith predijo en su carta a Allison Wolfe que en el verano de 1991 iba a haber una revolución femenina. Y así fue o, al menos, en esta época el movimiento riot grrrl comenzó a articularse más allá de las páginas de los fanzines. Se suele señalar a la celebración del International Pop Underground Convention de 1991, en Olympia, como acto fundacional. Sin embargo, antes de de este concierto, en primavera se había celebrado un encuentro feminista en el parque Malcolm X de Washington DC. 

Precisamente, en la capital del país, a dónde se habían desplazado Molly Neuman y Allison Wolfe se gestó la primera grabación de Bratmobile, que habían debutado en directo el Día de San Valentín compartiendo escenario con Bikini Kill. En Washington DC, junto con su amiga Jen Smith y Christina Billotte, que en 1992 iba a formar Slant 6, registraron Bratmobile DC que fue distribuida en cinta, al igual que el primer lanzamiento de Bikini Kill, Revolution Girl Style Now!, también de 1991. 

El primer evento importante de Riot Grrrl ocurrió en agosto de 1991 en la International Pop Underground Convention en Olympia. El festival, celebrado en el Teatro Capitol de Olympia del 20 al 25 de agosto de 1991, fue organizado por Calvin Johnson y Candice Pedersen, que fue quién insistió en que uno de los días fuera una «all-girls night«. Ésta se desarrolló bajo el nombre de Love Rock Revolution Girl Style Now, contando con Bikini Kill, Bratmobile, Jean Smith de Mecca NormalKicking GiantHeavens to Betsy7 Year Bitch y Lois Maffeo.

En Olympia, además de Bikini Kill y Bratmobile, también había otras bandas punks y alternativas con carácter feminista, como es el caso de Heavens to Betsy. Ésta fue la primera banda de Corin Tucker, que posteriormente iba a triunfar con otra riot grrrl band surgida en Olympia a mediados de los 90s: Sleater-Kinney

El movimiento riot grrrl tuvo como epicentro la ciudad de Olympia y también otras del estado de Washington, especialmente Seattle, que en esos años iba a ser la zona 0 del rock alternativo desde que Nirvana publicara el single  de «Smells Like Teen Spirit«, cuyo título parte de una pintada de Kathleen Hanna en las paredes de la casa de Kurt CobainKurt smells like teen spirit«).

En Seattle, a una hora en coche de Olympia, destacaba la presencia de 7 Year Bitch, donde Valerie Agnew tocaba la batería y, además, se convirtió en una persona clave en el desarrollo de la asociación Home Alive que daba cursos de defensa personal. Un colectivo que surge y pasa a la acción tras la violación y asesinato de Mia Zapata, vocalista de la banda local de The Gits y amiga de las componentes de 7 Year Bitch. De hecho, le dedican su segundo disco: ¡Viva Zapata!.

De las fluidas relaciones entre Olympia y Washington DC, en el estado de Maryland, no sólo surgieron nuevos fanzines, también bandas. Como hemos visto Christina Billotte formó parte de la primera grabación de Bratmobile para después formar Slant 6, que publicaron dos discos y un EP en Dischord Records antes de disolverse a mediados de la década de los 90s. 

La extensión de este movimiento no se circunscribió únicamente a los Estados Unidos. De hecho, tuvo un vincvín en el Reino Unido a través de Huggy Bear, con quienes Bikini Kill publicaron un disco compartido, Our Troubled Youth/Yeah Yeah Yeah Yeah, editado en 1993. Además de publicar este álbum, ambas formaciones giraron conjuntamente por UK. 

A raíz de este nuevo movimiento, algunas bandas compuestas por mujeres fueron asociadas a él, como es el caso de Babes In Toyland o L7, pero, sobre todo, empezaron a proliferar formaciones compuestas por chicas jóvenes que apostaban por tratar temas feministas y reformular sus relaciones con la sociedad. Un buen resumen son las palabras de Rebecca Odes, componente del grupo Love Child (de Nueva York), «Era básicamente hacer arte alrededor de nuestra ira. Fue un desafío en muchos sentidos. Era música de protesta«.

07. Críticas

El movimiento riot grrrl saltó de los fanzines a la música para crear una escena propia, pero fue mucho más allá. Fue un movimiento social. Fanzines y bandas no sólo crearon foros que permitían a las mujeres compartir sus experiencias, también asociarse en nuevos proyectos para transformar la sociedad. Un movimiento transformador y transgresor con el status tradicional de dominio masculino de la escena musical y social.

Por ejemplo, era habitual ver a Kathleen Hanna pedir a las mujeres que ocupasen las primeras filas que parecían reservadas en exclusiva para el público masculino o pasar el micrófono al público durante la actuación para que las chicas pudieran compartir sus experiencias. La lectura de manifiestos, pintar en sus estómagos palabras como «slut«, «whore» (ambas se traducen como «puta«) o «rape» («violación«) o colgar pancartas con mensajes contundentes: “Keep Your Fist Outta My Cunt” («mantén tu puño fuera de mi coño«) o “We Are Not Things» («no somos cosas«); eran formas habituales de articular la lucha feminista alrededor de la música y los conciertos. 

Como todo movimiento que cuestiona el modelo dominante recibió críticas. Las primeras internas. No sólo hablamos de la incomprensión o los insultos que los hombres podían lanzar durante sus actuaciones, por ejemplo, Bikini Kill tuvo problemas con un grupo de skinheads durante un concierto en Los Ángeles; también dentro del propio movimiento feminista por su falta de inclusión a otros colectivos como el de las mujeres afroamericanas, inmigrantes o el transexual y transgénero. 

Las riot grrrls fueron vistas como mujeres «predominantemente jóvenes, blancas, urbanas y de clase media«. Así fueron presentadas en un reportaje de 1992 publicado en Newsweek. Sin embargo, en 1991, Kathleen Hanna había dicho que el movimiento tenía como objetivo poner sobre de manifiesto «toda la mierda como el racismo, el fisicismo, el envejecimiento, el clasismo, la delgadez, el antisemitismo y el heterosexismo«. 

Como podemos leer en un recomendable artículo de CrazyMinds.es, Ramdasha Bikceem, autora del fanzine Gunk, fue una de las autoras que destacó esta falta de inclusión. Escribió en 1993 en su fanzine un artículo donde se puede leer: «Los niños blancos en general, sin importar si son punk o no, pueden salirse con la suya con mohawks verdes porque no importa cuánto se desvíen de las normas de la sociedad, su blancura siempre se muestra (…) No me malinterpreten, estoy totalmente a favor de la revolución grrrl… pero tal vez no debería limitarse solo a las chicas blancas, de clase media, punk rock, porque no hay que negarlo, eso es lo que es».

Respecto a estas críticas, Kathleen Hanna, en una entrevista a Spin Magazine en 2013, declaró que «cuando la gente dice que riot grrrl era todo blanco no es verdad. En lugares como Nueva York y Carolina ése no era el caso. No quiero borrar a las mujeres de color que en gran parte moldearon la identidad del riot grrrl y que cuestionaron riot grrrl como un movimiento muy blanco y de esa manera lo moldearon, porque claramente les importó lo suficiente como para criticarlo. ¿Era la cara de riot grrrl blanca? Sí. ¿Eran muchos de los dibujos en los zines blancos? Sí. ¿Yo los hice? Sí. ¿Me arrepiento de letras como, “Comer carne/ Odiar a los negros/ Es todo la misma cosa”? Sí. Porque no es una manera astuta de hablar de transversalidad y me arrepiento«.

Artículo ' I’m Laughing So Hard It Doesn’t Look Like I’m Laughing Anymore' de Ramdasha Bikceem
Artículo ‘ I’m Laughing So Hard It Doesn’t Look Like I’m Laughing Anymore’ de Ramdasha Bikceem

En el artículo publicado en Newsweek podemos leer que a principios de la década de los 90 también se utilizaban para atacar al movimiento feminista algunos conceptos que se siguen arrastrando hoy en día, como el de «feminazi«. Por supuesto, las críticas también iban dirigidas a su forma de vestir y de actuar en directo. Kim France, editor fundador de Lucky, redactó en 1993: «Escriben cosas como SLUT y RAPE en sus torsos antes de los conciertos, producen fanzines con nombres como Girl Germs y odian profundamente a los medios«.

No es que los medios de comunicación se dejaran querer. Melody Marker dijo de ellas que «lo mejor que cualquier Riot Grrrl podría hacer es irse y leer un poco, y no me refiero a un pequeño y sucio fanzine«. En el Reino Unido se calificaba como «el fenómeno más reciente y desagradable en entrar en la escena musical británica» que estaba dirigido por mujeres  «gritonas e irrespetuosas«.  En Estados Unidos, Rolling Stone alertaba a las familias estadounidenses de bien: «Se llaman riot grrrls y vienen a por tus hijas«. Otros medios impresos hablan de «subcultura juvenil feminista, violenta, peligrosa y que odia a los hombres«. ¿Os suena, verdad?

Incluso en esta campaña de alerta del peligro social que representaban las riot grrrls, los medios utilizaron un recurso tan habitual en nuestros días: el uso de las fake news. Por ejemplo, Washington Post, sí, el mismo medio que destapó el caso Watergate; publicó sin contrastar una información falsa sobre los abusos sexuales que Kathleen Hanna había sufrido por parte de su padre, lo cuál era falso. 

Si hablamos de sensacionalismo, no vamos a dejar de citar alguna perla publicada por los tabloides británicos. En un artículo publicado en el diario Daily Star, John Poole describio a las riot grrrls como «el grupo de feministas más duro y cruel desde que las mujeres comenzaron a quemar sus sostenes que tienen en el MAN-HATING entre sus pasatiempos favoritos«.

Kathleen Hanna, de Bikini Kill, luciendo la palabra "slut" ("puta") en su estòmago
Kathleen Hanna, de Bikini Kill, luciendo la palabra «slut» («puta») en su estòmago

08. Las canciones

El movimiento riot grrrl se fue apagando desde mediados de la década de los años 90 hasta finales. El capitalismo tiende a fagocitar cualquier movimiento subversivo transformándolo en otro objeto más de consumo. Esto también pasó con las bandas asociadas al riot grrrl, que poco a poco fueron siendo presentadas como otro producto musical más con el que ganar dinero.

Sin embargo, estas bandas nos han dejado muchas canciones para escuchar, de las que queremos destacar las siguientes:

Bikini Kill: «Rebel Girl»

Esta canción tiene tres versiones. La primera de ellas para el disco compartido con Huggy Bear; la segunda, en el single New Radio +2 single; y la tercera para su primera larga duración, Pussy Whipped. La segunda versión fue producida por Joan Jett, que además de tocar la guitarra también introdujo algunas voces en las tres canciones editadas en este single. La sintonía entre Jett y Bikini Kill fue máxima y al año siguiente salieron de gira.

«Rebel Girl» fue una de las primeras composiciones de Bikini Kill y todo un himno para el movimiento riot grrrl. A pesar de que la letra se atribuye a Hanna, la canción está firmada por toda la banda. La canción está inspirada en la figura de la activista feminista Juliana Luecking.

Bratmobile: «Panik»

Bratmobile nunca fue la mejor banda del planeta desde el punto de vista técnico. El mensaje era más importante que el ruido. Rechazar las ideas recibidas de cómo las mujeres se debían vestir o comportarse a través de sus canciones era mucho más importante que la música. Uno de los muchos planteamientos tradicionales a los que se oponían era a la normalidad sexual impuesta. Una de los temas donde abordan la liberación sexual femenina es «Panik«.

Heavens to Betsy: «Terrorist»

Heavens to Betsy no ha sido la banda riot grrrl más popular del mundo. Sin embargo, estuvieron en aquella all-girls night del International Pop Underground Convention de 1991. Sin embargo, su fama ha sido absorbida por la siguiente banda en la que militó su vocalista. Tras la separación de Heavens to Betsy, Corin Tucker formó Sleater-Kinney

Antes de su separación en 1994 tuvieron tiempo para editar Calculated. Hemos elegido «Terrorist«. Un tema con una letra contundente, donde Tucker expresas todo aquello que haría a los chicos que le tratan «como a un trozo de carne«.

Huggy Bear: «Her Jazz»

Huggy Bear fueron el ala británica del movimiento. Como ya hemos visto, estuvieron vinculadas a Bikini Kill, tanto a través de un disco compartido como de una gira conjunta por UK. Hemos elegido la canción «Her Jazz«, no tanto por su letra si no por lo que supuso al ser interpretada en directo en el programa The Word de Channel 4 (UK). Tras la interpretación de la canción pe se produjo el momento Bill Grundy, en referencia al incidente de los Sex Pistols en televisión

Huggy Bear terminaron de tocar «Her Jazz«, pero la banda se quedó en el estudio para ver un informe sobre dos modelos estadounidenses que se llamaban a sí mismos The Barbi Twins. Huggy Bear y sus fans se enojaron por esto y comenzaron a gritarle al presentador del programa, Terry Christian. Fueron expulsados ​​del estudio, y un portavoz de The Word llegó a afirmar que uno de los amigos de la banda había «mordido la cara de un miembro de nuestro equipo de producción».  El suceso fue destacado en la portada de Melody Maker.

The Frumpies- «I Just Wanna Puke On The Stereo»

Todo movimiento musical que se precie, según va desarrollando va dando pie al surgimiento de los llamados super-grupos. También esto sucedió dentro del riot grrrl. Es el caso de The Frumpies. Banda formada por tres Bikini Kill, Tobi Vail, Kathi Wilcox y Billy Karren; más Molly Neuman, de Bratmobile, a la batería. Se formaron en 1992, publicaron varios singles durante la década de los años 90, un disco y un EP final en 2000. 

09. Media: libros y documentales online

Para finalizar este artículo, una serie de recursos para ampliar la información sobre el movimiento riot grrrl.

Libros:

  • Riot Grrrl: Revolution Girl Style Now!2007. Black Dog Publishing . Autora: Nadine Monem 
  • Girls to the Front: The True Story of the Riot Grrrl Revolution. 2010. New York: HarperPerennial. , de Sara Marcus
  • The Riot Grrrl Collection, 2014. Autora: Lisa Darms
  • Riot Grrrl: A Feminist Re-interpretation of the Punk Narrative. Saarbrücken: VDM Verlag Dr. Müller, 2008. Autora: Jannika Bock

Documentales:

Dirty Girls 

The Punk Singer (2013):

Don’t Need You – The Herstory of Riot Grrrl (2005) con subtítulos en castellano:


Autor: Charlie Condenada


 

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