En las sombras de las torres de bloques del East End está resurgiendo un culto familiar: el skinhead descarado y con botas está saliendo del caparazón de los sesenta.

Desde Whitechapel hasta West Ham, los chicos están asaltando el guardarropa de sus hermanos mayores y vistiendo con orgullo los pantalones Sta-Prest y las camisas de Ben Sherman que han estado acumulando polvo durante una década.

Y ahora es común ver pandillas de «skins» merodeando por las esquinas, gritando por las gradas de fútbol y pisando fuerte con las Dr Martens en los conciertos de punk rock.

De esta forma comenzaba el artículo titulado ‘Skinheads Rule-But Gently Ok» de Barry Cain que fue publicado el 17 de junio de 1978 en London Evening Standard. Según se apunta en el libro Oi! The Scrapbook (1975-1980) existe otra versión ligeramente diferente en la edición del 1 de julio de 1978 del Record Mirror, en el que también colaboraba habitualmente el periodista.

El artículo de Cain es una de las primeras referencias en la prensa de la capital inglesa sobre el resurgimiento de los skinheads alrededor de la escena punk del momento. Los protagonistas de esta pieza periodística son dos skinheads de West Ham: «El trabajador de 20 años Gary Dickle y el roadie de una banda de rock de 19 años Vince Riordan«, quien más tarde iba a tocar el bajo (y lo sigue haciendo en la actualidad) en Cockney Rejects.

«‘Nos convertimos en punks porque queríamos asociarnos con algo’, dice Gary bebiendo una pinta en su local de West Ham. «Queríamos poder olvidarnos de que nos mandasen en el trabajo toda la semana y solo esperamos encontrarnos con algunos colegas el sábado… pero descubrimos que todos los punks eran tíos de clase media de Knightsbridge, que pagaban £40 por un par de pantalones bondage, lo conectamos y nos convertimos en skins‘», prosigue el artículo.

Cain describe a la pareja de skins: «Ambos van vestidos con la típica impronta skin: camisas (Ben) Sherman, chaquetas Slazenger de dos colores, Sta-Prest con tirantes y botas Dr. Martens«. Vince Riordan explica dónde consiguen la ropa: «Obtenemos la mayor parte de nuestra ropa de segunda mano en las tiendas de Oxfam y los puestos del mercado de Brick Lane. También hay una tienda en The Lane llamada The Last Resort que vende artículos de skins«. «El otro día compré un par de botas por £3. Calculo que puedes conseguir un conjunto completo por alrededor de £25. Vas a la peluquería y pides un número uno, dos, tres o cuatro por 70 peniques. Uno es el más corto, es como un corte de Kojak«, continua Gary Dickle. 

«Hay algo amenazante en sus peinados de convictos, pero ambos niegan que se desvivan por buscar bronca. «De ninguna manera somos violentos. Sólo somos unos tíos de clase trabajadora que buscan pasar un buen rato … Pero’, interrumpe Gary, ‘tenemos algo que demostrar, no somos escoria del East End. La mayoría de la gente piensa que solo porque vienes de algún lugar como Canning Town, eres un gángster«, narra el artículo de Cain. 

«‘Las chicas no te dejarán llevarlas a casa de un baile cuando les digas dónde estás viviendo. Así que no tienes muchas opciones porque no hay muchas chicas skinhead alrededor y las soulies (fanáticas de la música soul) simplemente no quieren saber nada‘. A las skin girls les encanta su cabello peinado al estilo Gypsy Cut (textual), corto en la parte superior y largo a los lados. También usan monkey boots o ‘astronautas’ que son pequeñas Dr. Martens«, describe el periodista.

«Vince también insiste en que los skins no están metidos en política. ‘Creo que nada de lo que podamos hacer cambiará al gobierno. Todo lo que sé es que voy a trabajar y el gobierno se lleva mi dinero. No nos rebajan los impuestos porque ser skinheads’. Gary está enojado porque algunas personas intentan asociar pieles con movimientos políticos como los marxistas o el National Front. ‘No tenemos ningún interés en ninguno de ellos. Estoy harto de que la gente me pregunte si sé algo sobre la violencia racista en Brick Lane de la semana pasada. No lo sé y no quiero saber’«.

«Pero los nuevos skinheads quieren saber sobre música y fútbol. ‘Una típica banda de skin toca punk de alta energía. Y la banda para todos nosotros es Sham 69. Ian Dury no está mal y los Sex Pistols son increíbles’. Vince califica a los héroes skinhead de los sesenta como Desmond Dekker, ‘es el reggae de chicos blancos. La mayor estafa en la música son los grandes salones de baile. La otra noche fuimos a uno para un espectáculo de new wave, y ellos no dejaron pasar a nadie vestido de punk‘»

«El West Ham es su equipo de fútbol favorito, pero un sábado por la tarde en las gradas puede causarles problemas. Vince dijo: ‘Disgusté a mis padres metiéndome en problemas y no hay forma de que pueda pagarles lo que han hecho por mí desde entonces‘».

Futuro sombrío
«‘Ahora le debo a mi madre £80 y no puedo devolvérselos. Pero se lo compensaré … Algún día’. Una vez tuvo cinco trabajos en otros tantos meses. ‘No soporto la autoridad a cualquier nivel. Por eso me convertí en skinhead‘». 

«Entonces, ¿qué sucede cuando la moda finalmente desaparece? ‘Nos convertiremos en suedeheads, ya sabes, nos vestiremos con trajes elegantes e iremos a las discotecas. Pero creo que, de todos modos, el futuro parece sombrío. ¿Qué diablos voy a estar haciendo cuando tenga 25? Aún así, si termino como mi padre, estaré orgulloso‘»

«En una nota final de interés. Sus puntos de vista sobre Bob Dylan. Gary: ‘Pertenece a otra época, a otra generación’. Vince: ‘Ya no son las palabras lo que cuenta, es el ruido‘», concluye este artículo de de Barry Cain para el London Evening Standard.

Autor: Charlie Condenado