Cockney Rejects y el concierto más sangriento de la historia

Un 6 de junio de 1980, es decir, hace 37 años, el Cedar Club de Birmingham acogió el que podría considerarse como el concierto más sangriento de la historia del rock and roll en el Reino Unido. Al menos así lo aseguraba Alexis Petridis, periodista, en un artículo/entrevista a Garry Bushell titulado ‘Misunderstood or hateful? Oi!’s rise and fall‘, que fue publicado en The Guardian en marzo de 2010.

En un momento en el que los fines de semana se desarrollaba una auténtica guerra urbana entre las diferentes firms que recorrían el país de punta a punta para seguir a su equipo y demostrar cuál tenía a los hooligans más temidos, Cockney Rejects gozaban del éxito en las listas que le proporcionaba su versión de «I’m Forever Blowing Bubbles«, cántico habitual en las gradas del Boleyn Ground o Upton Park del East End londinense; y visitaban la ciudad.

Como buena parte de nuestros lectores saben, Inter City Firm (ICF) en aquellos años estaba considerada como una top firm del hooliganismo en el Reino Unido y era uno de esos grupos con los que medir fuerzas para ganar fama. Con esta sana motivación se presentaron en el Cedar Club cerca de 200 hooligans -o eso dicen algunas fuentes- de los clubes locales, Aston Villa y Birmingham City, con ganas de montar pelea y de zurrrar a la ICF o, al menos, a su brazo musical.

Tíos Oi!
Sin embargo, a pesar de los Rejects se declaraban seguidores del equipo del East End o que Jeff ‘Stinky‘ Turner tenga detenciones en partidos del West Ham en su historial juvenil, éstos no pertenecían a ninguna firm de hooligans, a pesar de tener varias canciones orientadas hacia este mundillo como os contamos en el artículo ‘Cockney Rejects, West Ham United, gradas y canciones Oi!‘. Los miembros de Cockney Rejects fueran unos angelitos de la caridad. Los hermanos Jeff ‘Stinky‘ Turner y Mick Geggus habían sido boxeadores amateurs. En la biografía de Jeff Turner se comenta que llega al mundo del boxeo a los 7 años después de que su vecino, de 36, le rompiera la nariz por haberse peleado con su hijo.

El bajista, Vince Riordan, fue sobrino de un conocido gángster del barrio, Jack ‘the Hat’ McVitie, que fue asesinado en 1967 por Reggie Kray, uno de los famosos gemelos Kray y uno de los mayores productos delictivos madurados en el East End. Además, él era el que más conectado estaba con los hooligans hammers, como se recuerda Garry Bushell en el libro Congratulations You Have Just Met the ICF de Cass Pennant. «Los primeros seguidores de Cockney Rejects no eran mayoritariamente skinheads, no les gustaban a los primeros skins. The Reject’s crew vinieron principalmente del fútbol y eran mayoritariamente tíos del West Ham atraídos por la participación de Vince y desilusionados con Sham 69 y Menace«, explica Garry Bushell. Una conexión entre banda, equipo y gradas que quedaba patente en el banner que lucía en sus conciertos tras la batería, donde se podía ver una Union Jack con el escudo del West Ham Utd. y el nombre West Side, la zona del Boleyn Ground donde se juntaban los seguidores hammers más macarras.

Ya sea por lugar de nacimiento, práctica deportiva o árbol genealógico, los Rejects no eran una banda ajena a la violencia. El grupo tenía cierta fama de tíos duros, de gente que no se arrugaba ni salía por piernas, que iba a ser puesta a prueba en su visita al Cedar Club. No iba a ser la primera vez que en alguna de sus actuaciones se iban a desarrollar peleas entre hooligans de diferentes equipos. Como vimos en el artículo sobre Secret Affair y The Glory Boys, en esta etapa de finales de los 70s y principios de los 80s, a veces los grupos se convertían en orquestas que interpretaban la música de ambiente de las peleas más que ser el plato de entretenimiento principal de la velada.

La primera vez en la que uno de sus conciertos se convirtió en la extensión de la guerra que se vivía en las gradas inglesas fue con motivo de su concierto en Electric Ballroom de Camden Town, al cuál se acercaron medio centenar de seguidores del Arsenal que formaban parte de un grupo de skinheads que se situaban en la zona conocida como End Clock de Highbury. La ICF se enteró, movilizó a dos centenares de hammers para ir a un feudo gunner como Camden y provocar la estampida de los gooners. En otra ocasión, en un concierto junto a Angelic Upstarts, también tuvieron problemas y altercados con un grupo de skins ultraderechistas que estaban presentes en la sala.

Los Antecedentes
Hammers y gooners iban a disputar en el estadio de Wembley la final de la F.A. Cup de 1980, que finalmente ganaría el West Ham United gracias a un solitario gol de Trevor Brooking. Tras la clasificación a semifinales, tras un gol de penalti en el descuento ante el Aston Villa, Cockney Rejects consideraron que alcanzar esta ronda estando en Segunda División era una excusa más que adecuada para ir al estudio de grabación y registrar un cover de «I’m Forever Blowing Bubbles«, uno de los cánticos de guerra de la afición del Boleyn Ground, para publicar un 7» con este tema junto a «West Side Boys«, en cuya letra provocan a las aficiones de Liverpool FC, Arsenal y Chelsea

La grabación del single y, sobre todo, el triunfo del West Ham llevó a Cockney Rejects a participar en el programa de la BBCTop of the Pops, el 22 de mayo. El grupo del East End realizó antes del show una serie de desmanes en los camerinos. Lo que les costó su veto en la televisión pública británica. Sin embargo, ellos no sabían que tanto su single como su actuación en TV les pudieron haber costado algo más importante, pero se iban a dar cuenta el 6 de junio de 1980, en lo que se ha venido a conocer como La batalla de Birmingham o, simplemente, el concierto más violento de la historia del Reino Unido.

El ambiente del Cedar Club, propiedad de Kevin Rowland de la banda Dexy’s Midnight Runners, comenzó a caldearse en lo musical con la actuación de Boyz Next Door, también procedentes del East End y simpatizantes tanto del WHU como de la ICF. En este grupo militaban el hermano de Jimmy Pursey, de Sham 69Robbie; y Grant Fleming, posterior director cinematográfico.

We can take the Shed or take the Kop / Highbury and Parton run in fear / When the West Side Boys appear – Cockney Rejects: «West Side Boys»

Garry Bushell, periodista de Sounds, miembro de The Gonads y amigo personal de la banda, recuerda que el comité de recepción de Cockney Rejects estaba compuesto por «200 skinheads de Brum City» (NdR: nombre que recibe Birmingham). Mayormente, el grupo de skins que aguardaban el inicio del primer concierto de la gira del grupo londinense estaba formado por hooligans vinculados al Aston Villa y del Birmingham City. Lo raro, y desafortunado para la banda londinense, es que en lugar de pelear entre ellos habían venido con ganas de buscar pendencia con los cokneys desplazados.

Las hostilidades se desataron nada más comenzar el concierto de los Rejects. «Empezamos a tocar, parte del público estaban claramente por el concierto, pero otra mayor y beligerante sección no estaba por él. Nos insultaron desde el comienzo, no estaban por otra cosa. Muchos de los que ocupaban las primeras filas no paraban de decirnos “venid pajilleros, venid cabrones”, explica Stinky Turner.

La batalla de Birmingham
Según las memorias del cantante, todo comenzó cuando tocaban «Where the Hell Is Babylon«, que pudo ser «la cuarta canción«.  Una pinta pasó rozando a los miembros del grupo, lo que llevó a Stinky Turner a parar el concierto para decir «quien haya tirado el vaso que venga al frente del escenario que nos iremos fuera uno contra uno«. David Keogh, en su libro Accidental Gangster Part 3: Punk, Riots and Rejects, recuerda que «todo comenzó cuando un cenicero de vidrio pasó cerca de la nariz de Mick (Geggus) y Jeff comenzó a pegarse con la gente. Entonces se acercaron los seguidores Blues (NdR: forma de llamar a los fans del Birmingham City)».

«Recuerdo especialmente a un bonehead de las primeras filas que vestía un Fred Perry y que llevaba un tatuaje del Aston Villa en su brazo. No paraba de provocarnos, moviendo sus manos y diciendo “ven aquí, ven”. Miré a Mick, ambos realmente queríamos ir abajo y darle de hostias, pero intentábamos mantener la calma«, relata Stinky Turner. Por su parte, Garry Bushell también explica que la situación se volvió incontrolable tras las palabras del vocalista de Cockney Rejects y los objetos comenzaron a volar desde cualquier punto de la sala.

«Uno de ellos golpeó a Vince y un skinhead Brum comenzó a gritar «Vamos», Micky se zambulló en la multitud. Aunque superaban en número a más de 10 a 1, los Rejects y su séquito condujeron a la multitud Brummie a través del hall y, finalmente, fuera de la sala por completo. Bajo una lluvia de objetos, Mickey Geggus sufrió una lesión en la cabeza que necesitó 9 puntos de sutura y le dejó con lo que parecía un diseño de Fred Perry por encima de su ojo derecho. Grant Fleming, un veterano de disturbios tan notorios como los de Sham 69 en Hendon y Madness en Hatfield, describió la violencia de la noche como la peor que había visto«, comenta el periodista y músico británico en el libro Hoolies: True Stories of Britain’s Biggest Street Battles.

We Are the Firm
Cockney Rejects no habían ido solos a Birmingham, habían ido acompañados de un par de furgonetas con colegas del barrio. En la lista, según se recuerda en el libro, figuraban Johnny Butler, Dickle, H, Swallow, Danny Harrinson, Danny Meakin, John O’Connor, Brett Tidman y Bruce. En total, el bando visitante estaba integrado por una veintena de cockneys que iban a medirse a «unos 80 brummies«.

«Les estábamos ostiando cuando de repente vi a un tío reventar un vaso justo en la cara de Danny Harrinson. Había sangre por todas partes. A mi derecha, Johnny Butler también tenía cortes. Algunos de nuestros enemigos ya iban armados y al empujarlos hacia el bar, otros iban pillando botellas y vasos. Armados, el curso de la batalla empezaba a cambiar. No tuvimos otra opción que retroceder hasta el escenario, pisando a sus “caídos” que estaban por el suelo. Miré hacia atrás y vi a H encima del escenario. Un bonehead gigante apareció por un lado y le dio una ostia justo en la boca. Tuvo suerte de que no le rompió la mandíbula. H no le devolvió el golpe, simplemente lo cogió, lo levantó y se lo quitó de encima«.

Un cenicero impactó en la car de Mick y fue el momento en que la seguridad del Cedar Club intentó poner fin a la pelea, encerrando a la banda en los camerinos y evacuando de la sala a los hools locals. El frontman de Cockney Rejects sigue relatando la pelea en sus memorias. «Entonces caímos en la cuenta de que Mick, Andy Swallow y tres más aún estaban en la sala. Le dije al machaca que abriera la puerta y no se movió… Lo echamos a un lado y abrimos la puerta a patadas. En la habitación había barras de hierro pertenecientes a armarios que habían sido desmontados. No eran muy pesadas, pero si le metías a alguien en la cabeza con una de ellas, se enteraría bien. Nos llevamos todo lo que pudimos cargar y volvimos a la pelea«.

Los cinco cockneys todavía permanecían luchando en el escenario del Cedar Club y recibieron los refuerzos del resto de londinenses desplazados a Birmingham. «Volvimos a la pelea como en una estampida dando con todo lo que teníamos. Los estábamos machacando, rajándolos y destrozándolos. Los llevamos al final de la sala pasando por el bar y limpiando el club por completo«.

Bad Times for the Rejects
Finalmente, 30 policías se terminarían personando en el club y la pelea pararía. Mick Geggus tuvo que ir al hospital para pasar por observación tras recibir el impacto de un gran cenicero, Butler tuvo que recibir asistencia médica ya que le habían rajado y el resto también debió ser atendido por los servicios sanitarios locales. Sin embargo, Birmingham fue el principio del fin para Cockney Rejects ya que las consecuencias fueron muy importantes para su futuro.

Al día siguiente, en Walsall, Mick usó una barra de acero para pegar a un grupo de skinheads cuando tanto los Rejects como Boyz Netx Door estaban buscando por la ciudad el equipo que les habían mangando durante el concierto de la noche anterior. Unos hechos que le causaron la detención y pasar por juicio, donde evitó la cárcel y tuvo que pagar una multa de unas 2.000 libras esterlinas. La violencia fue siguiendo a la banda londinense durante sus siguientes conciertos hasta que la compañía les retiró el equipo para tocar; los clubes empezaron a negarse a contratar al grupo; y todo ello unido a los sucesos de Southall, le dieron a EMI los motivos necesarios para rescindir el contrato; lo que llevó a los Rejects a alejarse del Oi! para abrazar -temporalmente- la fe del hard rock porque, como por todos es sabido, «el heavy no es violencia«.


Autor: Charlie Condenado


Fuentes:

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