Southall’81: El día que el futuro comercial del Oi! ardió

«En 1976, había gente pensando que el punk era una cosa de nazis debido a las swastikas. La diferencia es que ellos tenían a los periodistas musicales de su lado. Las bandas de Oi! sólo me tenían a mi«. Estas palabras de Garry Bushell, periodista musical y miembro de The Gonads, ponen de manifiesto cómo la música oi! no pudo escapar de la criminalización que vivió por episodios como el de Southall, donde unos problemas que estaban enmarcados en una situación de conflicto global, como fueron los disturbios de 1981 en el Reino Unido, acabaron minimizados y la responsabilidad fue adjudicada a un grupo y a un estilo de música, que comercialmente quedó tocado de muerte definitivamente.

El Oi! hubiera necesitado a toda una legión plumillas de fortuna para salir comercialmente airoso de los rescoldos de las llamas del Hambrough Tavern, en Southall, durante la noche del 3 al 4 de julio de 1981, cuando el pub acogió una actuación entre The 4 Skins, The Last Resort y The Business, que terminó siendo el epicentro de una revuelta racial. Unos incidentes entre skinheads, asiáticos residentes en la zona y policía que llegaron hasta al mismísimo New York Times, que abrió con un titular nada amarillista: «Neo-Nazis Accused in London Riots«.

Si el Oi! se había presentado en sociedad como un punk más real que el punk’77 -menudo trabalenguas de etiquetas-; su futuro comercial bajo esta denominación, si es que alguna vez lo tuvo, quedó sepultado tras los sucesos de Southall y eso que, como vimos en el caso de Cockney Rejects y el concierto más sangriento de la historia o los 7.500 libras de desperfectos ocasionados durante un concierto de Sham 69 en 1979, su reputación entre los propietarios de salas de conciertos y promotores venía más que tocada anteriormente a lo acontecido en West London.

Sin embargo, a pesar de los desmanes en conciertos como el de Birmingham o de la infiltración en la escena punk y skinhead por parte de grupos de la ultraderecha británica, durante los dos primeros años de la década de los 80, las nuevas bandas salidas de la escena del real punk estaban cosechando cierto éxito comercial. Sham 69 (Polydor) en 1979 ya habían logrado escalar hasta el 8º lugar de la lista de singles; Angelic Upstarts (Warner) introdujeron siete singles en listas entre 1979 y 1981; Cockney Rejects (EMI) habían tenido a tener dos singles al mismo tiempo dentro del top-40 en 1980 o Blitz en la tercera posición con All Out Attack E.P. en 1981.

PIncha en la imagen para leer 'Cockney Rejects: El concierto más sangriento de la historia'
Pincha en la imagen para leer ‘Cockney Rejects: El concierto más sangriento de la historia’

‘Barrio conflictivo’
Para dibujar el escenario de los disturbios en Southall de julio de 1981, es necesario retrotraerse un par de años antes. En concreto a un 23 de abril de 1979, cuando un profesor de 33 años de edad resultó asesinado durante los disturbios posteriores a una manifestación de protesta de Anti-Nazi League con motivo de un acto por parte del National Front. El partido nacionalista británico celebró el St. George’s Day en este barrio del oeste de Londres que era conocido por contar con una de las mayores comunidades asiáticas de la capital inglesa. El acto del NF fue entendido como una provocación y, finalmente, hubo  confrontación entre manifestantes de ambos lados y, por supuesto, la policía. Más de 40 heridos, 21 de ellos policías, y 300 arrestados según informó BBC.

Sin embargo, lo peor fue que durante los incidentes, Blair Peach, un profesor de niños con necesidades especiales de origen neozelandés, falleció en el hospital como consecuencia de los golpes recibidos por parte de los agentes de la ley y el orden. Martin Gerrald, uno de los manifestantes, estaba cerca de él en ese momento comentó que «Peach fue golpeado dos veces en la cabeza con porras de la policía y le dejaron inconsciente«.

A pesar de los testimonios tanto de Martin Gerrald como los de otras 10 personas, ningún agente de policía fue acusado o sancionado por el homicidio de Blair Peach. No fue hasta 2010,  más de 30 años después de su asesinato, cuando se desvelaron los informes oficiales en los que se apuntaba a que «probablemente» fue un agente de policía el que asestó el golpe mortal a Gerrald. La única parte del informe que no se hizo pública fue en la que figuraban los nombres de los agentes implicados.

A esto hay que añadir que el primer colectivo de los llamados Asian Youths Movements que se creó fue en Southall. Estos grupos de jóvenes asiáticos, que en el algunos de ellos también se integraron otros inmigrantes de origen caribeño, muchos de ellos inmigrantes de segunda generación, abogaban por la acción directa y el enfrentamiento en lugar de la pasividad o la colaboración con gobierno y policía.

Noche Oi! en Southall
En el artículo Ghost Town» de The Specials: El sonido de una revuelta se explicó con más detalle la tensa situación social que vivía Gran Bretaña en 1981. La política económica de Margaret Thatcher no había paliado los efectos de la crisis económica que vivía el país desde la década anterior. Es más, habían servido para casi duplicar el número de parados en 12 meses, de 1,5 a 2,5 millones en un año.

La crisis económica también puso de manifiesto las tensiones tanto sociales como raciales en las que vivía Reino Unido y tras la muerte de un inmigrante en Brixton, Londres, la situación comenzó a calentarse hasta el extremo de vivir un inicio de julio lleno de revueltas en los barrios de inmigrantes como es el caso de Southall. La revuelta de Brixton, como otras que se sucedieron en Liverpool, Leeds, Mancheter, Birmingham, Bedford o Leicester, tuvieron un marcado carácter racial y esto también estuvo presente en los hechos acaecidos en el Hambrough Tavern de Southall.

La espiral de violencia que sacudió UK durante las primeras semanas de julio de 1981 vivió su momento álgido a partir del 10 de julio, tras el levantamiento en el barrio de Handsworth, en Birmingham, pero además de los sucesos de Brixton en abril, también tuvieron precedente en las peleas que una semana antes se desataron en el enclave londinense de Southall con motivo de un concierto en el que iban a actuar The 4 Skins, The Last Resort y The Business. La actuación en este pub iba a ser la primera de las tres que iban a realizar conjuntamente. En cada uno de ellos cambiarían el orden y cabeza de cartel. En Southall iban a ser The 4 Skins, mientras que The Last Resort encabezarían en Hastings y The Business harían lo propio en Crayford Town Hall.

Un cartel atractivo que nunca llegó a su conclusión debido a que en los habitantes de la zona, ante la presencia de skinheads, mal vistos por la comunidad asiática no sólo por la vinculación  de algunos de ellos con la ultraderecha británica, también por el conocido como paki-bashing; reaccionaron y se movilizaron para acudir al pub donde se iba a llevar a cabo la actuación. En sus inmediaciones se desató una auténtica batalla campal entre asiáticos (muchos de elllos miembros del Southal Youth Movement), policía y skinheads. Una refriega en la que se lanzaron bombas incendiarias contra el Hambrough Tavern, que sufrió un incendio al igual que varios vehículos.

Muchos británicos se sorprendieron hoy al ver la televisión, esperando el comienzo de la final masculina de Wimbledon vieron la película de una batalla campal en las calles de Londres, con camiones de bomberos y coche de policía ardiendo junto con edificios. New York Times – 4 de julio de 1981

El ambiente en Southall estaba muy caldeado y no sólo por la situación económico-social. Como vimos en el caso de las revueltas de abril de 1981 en Brixton, la policía comenzó una operación en la que aplicaba con celo máximo la llamada Ley de Sospechosos. Dos meses antes de los incidentes de julio, y tan sólo unas semanas después de lo acaecido en Brixton, una pandilla de asiáticos de Southall fue detenida y apaleada bajo custodia policial. Al parecer, según relato de Gary Hodges (The 4 Skins), este grupo comenzó a realizar pintadas en la zona con el lema «Whites Out!«.

Según relató el New York Times en su crónica publicada el 4 de julio, «el problema aparentemente comenzó cuando dos autobuses de skinheads llegaron a Southall, no lejos del aeropuerto de Heaathrow, para un concierto de rock dado por un grupo de skinhead en el pub Hambrough. Southall tiene una gran población india y paquistaní, y los skinheads han proporcionado muchos reclutas a la organización de supremacistas blancos National Front«.

La crónica de sucesos continuaba relatando que «la policía dijo que no tenían pruebas de que los jóvenes blancos fueran miembros del Frente Nacional, un pequeño grupo fue acusado de neonazismo, pero los funcionarios locales dijeron que estaban seguros de que el NF estaba involucrado«. Esta narración coincide con el relato ofrecido por uno de los asistentes al concierto. «Recuerdo que este concierto tenía muy poco de extrema derecha. Yo era consciente de esto porque soy de raza mixta. No había banderas nazis, ni sieg heils. Todo el mundo estaba allí por las bandas y para escuchar buena música Oi!«. Otro de los skins presentes explica que «aquella noche no recuerdo ninguna conversación sobre asiáticos, lo único que alguien mencionó fueron antiguas rivalidades de barrio entre los skinheads que acudían al concierto«.

Al parecer, según otros relatos, la comunidad asiática decidió enfrentarse a los skinheads porque corrió el rumor de que un grupo de éstos habían asaltado una tienda de comestibles en la que habían intentado abusar de una trabajadora, que era una joven asiática.

Stop drinking, start to fighting
La tensión era palpable antes del inicio de las actuaciones. En una entrevista a The Business publicada en el número 5 del fanzine New Mania, Steve Kent, Quint Smith y Lol Pryor, mánager de la banda, comentan todo lo sucedido aquella noche en Hambrough Tavern. Recuerdan que llegaron con el tiempo justo porque había mucho tráfico por lo que preguntaron a una asiática como hacerlo. Tras su respuesta, recuerdan que «unos cincuenta asiáticos frenéticos intentaron entrar en la furgoneta, bajamos las ventanas y salimos pitando de allí. Acabamos en la puerta del pub, entramos y fuimos directos al escenario para tocar«.

En el libro Burning Britain de Ian Glasper, Micky Fitz explicó que «Si hay una palabra que odio en la vida, esa tendría que ser: ¡¡¡Southall!!!. Me puedo reír al respecto ahora, pero en ese momento era una situación grave. No fue culpa nuestra; estábamos en el lugar equivocado en el momento equivocado. Tenías que estar allí para creerlo realmente, era aterrador. ¡Mire la imagen principal de la Hambrough Tavern de los periódicos en el momento, la Transit ardiendo es la nuestra! ¡Salimos de dentro literalmente 5 segundos antes de que la bomba de gasolina atravesara el parabrisas!«.

«Estaba trabajando en Northbrook en ese momento, al día siguiente llamé al jefe al día siguiente y le dije que no iba a currar, y él dijo: ‘¿Por qué no?’, Le pregunté qué periódico estaba leyendo, pero lo conocía lo suficiente como para saber la respuesta: «Todos ellos, imbécil, ¡siempre los tengo todos!» Entonces, dije: ‘¿Qué hay en la portada de todos ellos?’ «Oh, algo sobre unos disturbios en Southall …» «Bueno», le dije, «¿Ves la furgoneta? ¡Es nuestra!» Y él dijo: ‘¡Vete a la mierda, te estás riendo! Será mejor que te tomes el día libre … «

«Solíamos contratar  furgonetas de algunas compañías poco fiables. Ese día dejamos las llaves en la puerta del local de alquiler de furgonetas con una pequeña nota que decía: ‘¡Estimados señores! Aquí están las llaves de la furgoneta, estacionada afuera del Hambrough Tavern … ¡esperamos que estén asegurados como dijeron!»

Hodges también señala que los problemas sucedidos no fueron una sorpresa para nadie de los allí presentes ya que todos esperaban la presencia de un grupo de asiáticos inconformistas que se abrigaban bajo el nombre de Southall Youth Movement. «El 4 de julio de 1981 pudo haber sido perfectamente el de la muerte del Oi, porque The 4 Skins, Last Resort y The Business estaban programados para tocar en The Hambrough Tavern en Southall, y no fue ninguna sorpresa que el Southall Youth Movement interrumpiera el concierto. Los problemas comenzaron justo cuando el concierto empezaba. Permítanme hacer un inciso, aunque hubo gente de derechas e izquierdas por igual, hay una regla no escrita que dice que si The 4 Skins estaban en el cartel, las diferencias se mantienen en casa. Así lo hicieron. Sin embargo fuera había una multitud de asiáticos, todos armados, que se paró frente a la policía que vigilaba«, narra Hodges en su ‘amable’ versión.

Tanto The Business como The Last Resort habían realizado sus actuaciones cuando The 4 Skins se subieron al escenario de Hambrough Tavern para hacer su show. Un concierto que se estaba desarrollando con cierta tranquilidad, mientras más asiáticos se acercaban a la zona y cuando un ladrillo rompió una de las ventanas del establecimiento, la contienda se desató. Al ladrillo le siguieron muchos más, que fueron replicados desde el interior, y también algunas bombas incendiarias, que hicieron correr el pánico entre los asistentes al concierto.

Durante el caos, hubo flashes de las cámaras de los medios de comunicación y con estas imágenes tomadas e impresas en el periódico de la mañana siguiente, una parte tuvo una percepción errónea de los incidentes, sellando así el destino de los skins» Gary Hodges – The 4 Skins

«La música se detuvo y todo el mundo adentro tomó posiciones defensivas pero nadie salió afuera, eso habría sido suicidio. En la oscuridad, más ladrillos y proyectiles entraron por las ventanas y no pasó mucho tiempo antes de que nos diéramos cuenta de que teníamos que salir … bombas de gasolina estaban siendo arrojadas al pub. Muchos de nosotros no estábamos seguros de si íbamos a salir vivos porque la policía estaba fallando en contener la situación. En el interior, lo que iba de ser un entretenimiento tranquilo se había convertido en una zona de guerra. Muebles y vasos rotos se extendían por todo el lugar mientras peleábamos por defendernos«, recuerda Rob Smith para Subcultz.com.

«Era obvio que la policía no podía contener la situación ya que los asiáticos les superaban en número. Dentro del recinto, se creó un pasillo como vía de escape. Casi a la vez, la multitud secuestró un coche de policía, le prendió fuego y empujó al interior del pub«, prosigue la narración de Hodges. El miembro de The 4 Skins también recuerda que skinheads y policías formaron una barrera contra los asiáticos que atacaban el bar. «Durante el caos, hubo cámaras de los medios de comunicación y con estas imágenes tomadas e impresas en el periódico de la mañana siguiente, una parte tuvo una percepción errónea de los incidentes, sellando así el destino de los skins«, lamenta Hodges.

En esta misma línea, Rob Smith también considera que lo que reflejaron los medios de comunicación no fue un fiel reflejo de lo acontecido en Southall aquella noche de viernes. «Los periódicos nacionales y los titulares de las noticias de radio y televisión de los días siguientes se hicieron eco de la noticia, pero lo que leí en los periódicos y oí no coincidía con lo que vi aquella noche. Los medios de comunicación estaban echando toda la culpa sobre nosotros, los skinheads, acusándonos de ir a Southall para iniciar disturbioa y de lanzar bombas de gasolina a los asiáticos. Pero recuerdo claramente ir a Southall para tomar algo durante un concierto en un pub. No había skinheads haciendo saludos nazis en el pub. No había skinheads lanzando bombas de gasolina a los asiáticos y, definitivamente, no había planes para incitar ningún disturbio«.

Campaña mediática
Los medios de comunicación compraron el discurso ya que encontraron la carnaza que necesitaban para llenar de caos, sangre y sensacionalismo las primeras planas de los periódicos así como los boletines informativos de radio y televisión. El noticiario más visto en UK, Nationwide directamente apuntó a The 4-Skins por ser un grupo con conexiones con la ultraderecha británica. En The Politics of Punk: Protest and Revolt from the Streets, Steve Pear, guitarrista de The 4-Skins, comenta que «soy socialista, creo en los principios socialistas… y nunca hubiera estado en una banda con ideas racistas o neo-nazis«.

Por ejemplo, al otro lado del Atlántico, el periódico de referencia del mundo libre decía que «los skinheads llevaban distintivos del National Front, swastikas por todas partes y National Front escrito en sus chaquetas», dijo un portavoz de la Southall Youth Association. «Ellos se refugiaron detrás de las barricadas de la policía y lanzaron piedras contra la multitud, en lugar de arrestarlos, la policía simplemente los empujó hacia atrás.» No es sorprendente que la gente empezara a tomar represalias«. La policía fue a la zona equivocada«.

El New York Times tampoco tuvo reparos en publicar el supuesto origen de los disturbios. «Según testigos, un grupo de blancos dio una patada a una mujer asiática en su camino hacia el pub y luego rompió las ventanas de los negocios de propiedad asiática. En poco tiempo, grupos de indios y paquistaníes se reunieron y marcharon hacia el pub«.

El diario estadounidense también se hizo eco de declaraciones de vecinos en los que acusaban a la policía de no hacer nada por detener a los skins así como de ciertas actitudes racistas de los agentes. La prensa hizo especial hincapié en el asunto racial. Por ejemplo, en nuestro país, La Vanguardia en su portada del domingo, 5 de julio, comentaba que «la versión oficial tratará ahora, como en otras ocasiones, defender que no se trató de una explosión de violencia racial, sino de un enfrentamiento entre «skinheads» y «jóvenes asiáticos»«.

El corresponsal en Londres de ABC tituló: «Los skinheads toman al asalto un pub de emigrantes asiáticos«. Mientras que en la entradilla y texto de la noticia compraban la versión que estaban difundiendo los mass media británicos. «Bandas de jóvenes cabezas rapadas -algunos de ellos luciendo distintivos del National Front (organización neo-nazi)-, perpetraron un ataque a un pub en el barrio de color de Southall, en el que resultaron heridas más de 40 personas. Los cabezas rapadas o skinheads, así llamados porque llevan el  cráneo afeitado y calzan botas militares, prendieron fuego al Hambrough Tavern, luego de agredir salvajemente a sus clientes, en su mayoría indios y pakistaníes«.

Yo cantaba «Oi, Oi, Oi» y, de repente, hay un movimiento oi! con el realmente no tengo nada que ver… En 18 meses pasé de estar en la pantalla de televisión a la cola del paro Jeff Turner – Cockney Rejects

Uno de los testigos que estaban en el interior del pub, considera que «los medios de comunicación de izquierda y gran parte de la clase media de derechas encontraron las excusas necesarias para marginar a los skinheads y la música Oi!, pero sus prejuicios se basaban en informaciones falsas! Fueron los asiáticos quienes causaron los disturbios esa noche, no importa cuánto creyeran que estaban justificados para hacer lo que hicieron. Incluso continuaron los disturbios mucho después de los últimos skinheads dejaron el lugar! Pero los skinheads fueron quienes resultamos culpados, a pesar de que la policía tuvo que defendernos, no al revés. ¡Éramos la pequeña minoría que necesitaba la protección de la policía! De hecho, había unos cuantos skinheads asiáticos dentro del pub para ver el concierto … «.

Quizá las posibilidades comerciales del oi! pero tras Southall’81 muchos de los grupos comenzaron a pagar un precio por ello. Por ejemplo, vetos en las tiendas de discos o compañías desaciéndose de las bandas y álbumes como en el caso de la compilación Strength Thru Oi! que fue borrada del catálogo de Deram (Decca).

Bushell recuerda que en los conciertos nunca habían atraído a muchos ultraderechistas hasta un posterior artículo escrito en The Daily Mail. Tras él, «tuvimos gente viniendo a nuestros conciertos, pensando en que iba a ser algo relacionado con la extrema derecha, cuando descubrían que no era así, es cuando empezaban los problemas. Fui atacado por unos 20 de ellos en un concierto de los Upstarts en el Club 100  y me sacaron un cuchillo en la estación de Charing Cross«.

The Business también reconocieron que tras Southall fue complicado cerrar conciertos. En una entrevista concedida pocos meses después, al ser preguntados sobre la dificultad para encontrar bolos, declaraban que «lo intentamos en muchos lugares. Algunos dijeron que había que esperar hasta que las cosas se enfriaran y otros dijeron que no había opción«. Incluso llegaron a actuar bajo otros nombres como The Skans (The 4-Skins) y The Bollguns (The Business).

No fueron los únicos damnificados. Cockney Rejects vieron como las tiendas de discos se negaron a vender su siguiente álbum, The Power and the Glory. «Yo cantaba «Oi, Oi, Oi» y, de repente, hay un movimiento oi! con el realmente no tengo nada que ver. Esta mierda sucedió en Southall, nunca estuvimos allí, pero la mierda estuvo bajo nuestros pies. En 18 meses pasé de estar en la pantalla de televisión a la bolsa de desempleo«, manifestó a The Guardian Jeff Turner de Cockney Rejects.


Autor: Charlie Condenado


¿Quieres saber más? No te pierdas nuestro podcast sobre Disturbios Raciales en UK

Radio Condenado #26 | Riots
Pincha en la imagen para escuchar Radio Condenado #26 | Riots