Do It Dog Style: Una biografía de Slaughter & The Dogs

Slaughter & The Dogs se formaron en Wythenshawe, Manchester, a comienzos de 1976 por dos compañeros de Sharston Secondary Modern School, el cantante Wayne Barrett y el guitarrista Mick Rossi. Una zona pobre de clase trabajadora constituida en uno de esos suburbs de la periferia mancuniana que en aquellos años 70s se había convertida en el mayor council state (zona de viviendas sociales o de protección oficial que habían sido construidas por el ayuntamiento local) en Europa. Una especie de ciudad dormitorio que perdió su estación de tren a mediados de los años 60s y que ofrecía pocos atractivos a los adolescentes de los 70s. 

Artículo con la biografía de Slaughter & The Dogs (1976-1980) de Condenado Fanzine
Artículo con la biografía de Slaughter & The Dogs (1976-1980) de Condenado Fanzine

No te pierdas el podcast de Radio Condenado dedicado a Slaughter & The Dogs


Wythenshawe, donde Mick Rossi y yo crecimos, era como la Guarida de los Ladrones. Era muy pobre. Es muy cómico cuando dices ‘tiempos duros, tiempos difíciles’, pero realmente lo fueron. Era la zona de viviendas de protección oficial más grande de Europa en ese momento, y una población masivamente mixta. Comunidades irlandesas, comunidades jamaicanas, era como un gueto”, explica Wayne Barrett, cantante de Slaughter & The Dogs, en una entrevista a Tony Fletcher. “Ahora puedes salir de tu casa en Wythenshawe y caminar no más de tres minutos y encontrar un campo de fútbol o instalaciones para correr. ¡En nuestros tiempos sólo corríamos cuando la policía nos perseguía! No había nada. Nuestras instalaciones deportivas eran una mierda. Entonces, ¿cómo esperaban que hiciéramos algo cuando no había nada que hacer?”.  

Mick era de la parte de Baguley de Wythenshawe y yo era de Peel Hall. Había un lado pijo en Peel Hall, si se puede llamar pijo, y había un lado de casas del consejo local que daba vergüenza. Luego estaba Benchill, que era una de nuestras áreas de pelea, donde quedábamos para nuestras peleas. Venían chicos de Winslow, Benchill, Didsbury, Peel Hall, etc. Había muchas peleas que solían suceder allí cuando era niño, mostrando cómo se podía marcar el territorio, porque no había nada más que hacer que pelear, asaltar, robar, eso es todo lo que había … terrible, de verdad”, recuerda Barrett.

Mick y yo fuimos expulsados ​​de St. Augustine’s Grammar School, a donde más tarde fueron Johnny Marr y Andy Rourke de los Smiths. Nos echaron por ser estúpidos y no estar interesados. Nos pirábamos de la escuela e íbamos a Manchester, etc.. Los dos teníamos unos 13 años cuando nos pidieron que nos fuéramos, aunque yo era un año mayor que Mick y le conocí cuando ambos fuimos juntos a la Sharston Secondary Modern School”. “Mis únicos buenos recuerdos de la escuela son conocer a Mick y Muffet (Brian Grantham, baterista de Slaughter and the Dogs). Era la escuela donde nos conocimos e íbamos a ver conciertos de Bowie en Free Trade Hall o Bellevue. De lo demás no tengo buenos recuerdos. El director me dijo ‘eres un pedazo de mierda’, ‘no tienes vida por delante’”.

Era la única escuela que nos aceptaba. Sharston era nuestro Colditz (NdA: referencia a una serie llamada Colditz que emitió BBC One entre 1972 y 1974), era la escuela de las manzanas podridas. Cuando Mick y yo estábamos en la escuela, nos dijeron nuestras oportunidades en la vida: fútbol, ​​música y actuación, esa era una salida; la segunda forma fue el subsidio; la tercera fue robar oficinas postales, lo que significaba o conseguir alojamiento y desayuno por cortesía de la Reina durante 20 años o salirse con la suya. Eso es básicamente lo que nos dijo el director, fue increíble, no podía creerlo. Y básicamente nos dijeron que íbamos por el tercer camino”, explica Wayne Barrett a Tony Fletcher.

Sin embargo, unos años después de su expulsión, Barrett regresó a Sharston Secondary Modern School. “En 1979 me encontré en un bar con el Mr. Tricket, que había sido director. Me invitó a hablar con los chicos. Eché a los profesores y les dije: «No crean nada de lo que digan, todos son unos malditos mentirosos, tienen que luchar por sus vidas». Cuando terminamos de hablar, los llevé a todos al pub. Fue una buena diversión. Fue tan hipócrita por su parte (invitarme de regreso como un éxito), todo lo que podía ver era estar en la sala del director con Mick, y el director diciendo: ‘No vais a hacer nada por vosotros mismos’”.

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Biografía de la banda punk Blitz, New Mills, 1980-1983

En aquellos años 70 Wythenshawe también era conocida por ser una de las capitales de la escena skinhead del norte de Inglaterra. Era en el norte del país dónde había permanecido casi intacta la esencia de la subcultura skinhead ante las evoluciones que en el primer lustro de los 70s se habían desarrollado en el sur y, en especial, en Londres como puedes leer en el artículo Suedeheads, Smoothies y Bootboys. Este suburbio de Manchester también es conocido por ser cantera de bootboys y skins que pululaban en las gradas de Maine Road (Manchester City) y Old Trafford (Manchester United) como los casos de The Wythenshawe Firm o Wythenshawe Reds, respectivamente.

En la web Fiebre en las Gradas cuentan que “Manchester fue durante las décadas de los 70 y los 80 una ciudad con una fuerte impronta skinhead e importante presencia del National Front, algo que se tradujo en una fuerte existencia de hooligans blancos de extrema derecha en las gradas de Maine Road… El vandalismo que se desató tras un derby del año 1974 convirtió a Manchester en epicentro del hooliganismo de la mano de una serie de grupos de barrio y vinculados al National Front como los Beano Boys de Gorton, The Wythenshawe Firm, The Fallowfield Firm y The Chadderton Lads”. 

Yo era lo que llamarías un bootboy y, al mismo tiempo, caminaba con zapatos de plataforma, me teñía el pelo y todo eso. Así que había un conflicto total entre las dos personalidades. Porque la actitud macarra salía de mi parte skinhead, mientras que con la música solo querías olvidarte de todo y pensar en ser una estrella, en plan  ‘Quiero ser como David Bowie o Bryan Ferry o Lou Reed‘. Ir a los partidos de fútbol, ir a ver al Manchester United los sábados, golpear a los seguidores del otro equipo, y luego por la noche escuchar Ziggy Stardust, tomar pastillas de ácido, pirámides, estimulantes y tranquilizantes, sacándome de mi cabeza y escapando de la realidad. La situación era extraña. El conflicto entre las dos personalidades fue difícil de afrontar, pero realmente no pensamos en ello en ese momento”, rememora el primer vocalista de Slaughter & The Dogs. 

Todo el mundo tomaba pastillas porque la heroína era demasiado cara y no se podía conseguir. Así que era ir a la farmacia local y lograr la cantidad máxima de píldoras que podías obtener por la receta que habías robado en el consultorio médico. Y el look era más o menos Fred Perry y Doctor Martens. Fred Perry era una camiseta barata pero se veía elegante. No era la ropa que queríamos llevar; la vestíamos porque era barata. Es como el cuello en V. Si miras a la gente de hoy en día gasta dinero sin sentido en Doc Martens y Fred Perrys, pero en aquellos días era una ropa barata. Nuestros seguidores y los muchachos que solían estar con nosotros eran duros, muy duros. Y en ese momento ellos morirían por ti y yo moriría por ellos. Es por eso que nos separamos de todas las demás bandas de Manchester, para nada querían juntarse con nosotros. Estaban bastante asustadas y cuando miro hacia atrás puedo entender por qué lo estaban. Si no estaban de acuerdo con nosotros, les dábamos una paliza”, explica Wayne Barrett en la entrevista con Tony Fletcher.

Estas vivencias y, en especial, la desaparición de los skinheads y bootboys con los que habían crecido en Wythenshawe y habían visto en las gradas de Old Trafford durante los primeros años 70s fue lo que inspiró una de las canciones más conocidas de la banda: “Where Have All The Boot Boys Gone”. Su título está inspirado en “Where Have All The Good Times Gone?” de The Kinks y fue el segundo sencillo de la banda de Manchester, el primero en la multinacional Decca (1977).

Articulo publicado en Condenado Fanzine sobre skinheads, suedeheads, smoothies y bootboys y su relación con el glam/bovver rock (31 de marzo de 2021)
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El aburrimiento y esa dura perspectiva para ganarse la vida ante el no-futuro que les planteaban en el instituto fueron dos de las motivaciones que llevaron a Wayne Barrett y Mick Rossi a montar una banda. Eso y David Bowie, entre otros. Ambos solían escaparse los viernes de Manchester para coger un bus a Londres donde se dedicaban a sentarse frente a los pisos de Ken Pitt (mánager) y Angie Bowie (primera esposa) con la esperanza de ver y conocer al Duque Blanco. “Cuando empezamos nuestro principal objetivo era copiar a David Bowie. Nuestro primer nombre fue Wayne Barrett and the Mime Troupe que yo había cogido de Lindsay Kemp porque Bowie había trabajado con ella”. El nombre de Slaughter The Dogs es una amalgama de los discos ‘Diamond Dogs’ de David Bowie y ‘Slaughter On 10th Avenue’ de Mick Ronson, que era el guitarrista de referencia de Rossi, además de colaborador de David Bowie en la época de Ziggy Stardust y junto con él productor de Transformer de Lou Reed; y, posteriormente, iba a colaborar con la banda en el single “Quick Joey Small” (Decca, 1978).

Cuando fuimos a los conciertos de Bowie y Roxy Music en ese momento, me volví hacia Mick y le dije: ‘Eso es lo que quiero hacer’. Y él dijo: ‘Está bien, yo también’. Y nos subimos a la música. Nos dijimos a nosotros mismos: «Ésta es la única salida». Porque no íbamos a ser vendedores de coches o basureros. En aquel momento solo la música nos podría sacar de las calles. Cuando comenzamos, todo el equipo que obtuvimos era robado. Estábamos cortando rejillas de agua de los desagües y pesándolas. Solíamos mellarlas en las calles y llevarlas para que las pesaran y el dinero que obtuvimos de eso pagó los amplificadores y las guitarras”.

El último en completar la primera formación conocida de Slaughter & the Dogs fue Howard ‘Zip’ Bates. “Fue a una escuela secundaria especial, lo trajimos porque teníamos a dos guitarristas (NdA: Barrett además de cantar tocaba el bajo en aquel momento) pero eso no duró porque el otro tipo era un hippie y lo echamos después del famoso concierto de Sex Pistols que hicimos en el Free Trade Hall”. Antes de abrir para los Sex Pistols, en abril del ‘76, Slaughter and The Dogs junto a otras dos bandas locales, Wild Ram (que posteriormente iban a ser Ed Banger and The Nosebleeds), y Mendanza actuaron en el Wythenshawe Forum. Entre los asistentes estaba Tony Wilson, que en aquella época era el presentador del programa ‘So It Goes’ en Granada TV y después iba a ser famoso por el club Hacienda de Manchester y el sello Factory Records. Fue el periodista quien presentó la actuación de Slaughter & The Dogs. 

Slaughter & The Dogs comenzaron a tocar mucho antes de que el punk comenzase a despegar, antes de que el circo mediático comenzase a perseguir a Sex Pistols tras su paso por el programa de televisión de Thames TV presentado por Bill Grundy en diciembre de 1976 como os contamos en el podcast Y con ellos llegó el escándalo. Slaughter & The Dogs eran una banda que pretendían introducir su pasión por David Bowie, Bryan Ferry o Lou Reed (en su primer disco grabaron una versión de “I’m Waiting For The Man” de Velvet Underground) en un ambiente dominado por la música disco y el northern soul. A esto hay que añadir que Howard y Muffet eran fans de Rolling Stones, además la banda también desarrolló un gusto por New York Dolls, de quienes también revisarían en su primer LP “Who Are The Mystery Girls”.

Nuestra música no pretendía ser punk. Fue Martin Hannett quien nos llamó punk. Para mí, el punk era Jimmy Cagney, las viejas películas en blanco y negro, los gánsteres, eso era un punk. Pensé que Martin se refería a nosotros como punk por la forma en que compramos nuestro equipo, tuvimos que cortar las rejillas para salir adelante. Como nadie nos patrocinaba, teníamos que patrocinarnos a nosotros mismos. Excepto mi madre que me prestó 40 libras esterlinas y dijo que las quería de vuelta antes de fin de año. Tuve que trabajar para devolver el dinero y conseguirle a mi amigo un bajo… Pero como digo, Martin nos llamó punk cuando estábamos grabando «Cranked Up»”, explica Barrett en la entrevista a Tony Fletcher.

Al igual que otras bandas que funcionaban antes de la explosión punk de 1977, Slaughter and The Dogs también se vieron inmersos, voluntariamente o no, dentro del fenómeno. “Fuimos etiquetados punk antes de que nosotros supiéramos qué era el punk. Sólo éramos unos críos que no sabían tocar sus instrumentos. Nuestro objetivo no era ser punk. Incluso estrictamente hablando no estoy seguro de que Sex Pistols o The Clash fueran punk. Creo que el punk llegó con la segunda generación de bandas como The Exploited o G.B.H. Eso fue real”, explica Barrett en unas declaraciones recogidas en el libro Here Comes The New Punk

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Antes del fenómeno punk y de la moda punk, allí estaban Slaughter & The Dogs, en el cartel del segundo concierto de los Pistols en Manchester, seis semanas después de su primera actuación (4 de junio de 1976) que fue organizada por dos miembros de Buzzcocks, Howard Devoto y Pete Shelley, y en la que estaban presentes futuros miembros de Joy Division, The Fall, Tony Wilson, Mick Hucknall (cantante de Simply Red), Morrissey y Paul Morley (periodista). El segundo concierto, también celebrado en el Lesser Free Trade Hall el 20 de julio de 1976, contó con Buzzcocks y Slaughter & The Dogs como teloneros y en la audiencia también se dieron cita Ian Curtis (cantante de Joy Divison) y casi todos los miembros de Tumbling Dice (banda precedente a Skrewdriver). En la crónica del concierto escrita por Jonh Ingham se dijo sobre The Dogs que “como se ven así mismos como los Pistols y cómo se han acercado al grupo es un misterio interesante. Se dice que en un programa local de radio ellos definieron el punk como una mezcla entre David Bowie y The Rolling Stones. Pero que le jodan a las definiciones, Pete Shelley reconoce que ellos son una ofensa desde su mismo nombre”. 

Había significado en las palabras de Sex Pistols. En cierto sentido fue como un libro. Hubo un comienzo, un nudo y un desenlace. Lo que estábamos haciendo con nuestros libros era que no había un punto intermedio, solo un principio y un final. Fueron una revelación completa. Solo viendo a Johnny Rotten en el escenario era como, ‘¿Cómo puedes ir en contra de todas las reglas?» Fue completamente en contra de todo. Cantando desafinado’. Si hubiera sido cuatro años antes, habría sido, literalmente, expulsado a tortas del escenario. Pero estábamos tan hartos del disco glam, de las mentiras de los políticos, y de ’Gran Bretaña sigue siendo genial y puedes estar orgulloso de ello». Todo eran mentiras. La inmundicia y el filo de los Pistols, su forma de tocar, su arrogancia hacia todo. Mick y yo dijimos: ‘Esto es. Seamos nosotros mismos, ¿verdad? No tenemos que ser nadie más en el escenario, lo que estábamos haciendo, copiando a Bowie, Lou Reed y Roxy. Vamos a detenernos. Solo vamos a hacer lo que queramos’. Y eso nos llevó a otra etapa en la que otras bandas de Manchester nos temían aún más”, explica Barrett.

De aquel concierto, Tony Wilson dijo “probablemente tenían demasiado de Bowie y demasiado de Mick Ronson, pero sin embargo estaban bien”. Glen Matlock comentó que “me gustaron … pensé que eran una banda divertida. No los consideré una banda de punk, aunque se involucraron en ello porque eso era lo que estaba pasando en ese momento”. En aquel concierto también recibieron un consejo de Malcolm McLaren: “El objetivo después de lo del Free Trade Hall era que intentáramos actuar en Londres”. Ello se iba a cristalizar el 19 de noviembre de 1976 en la escuela Finchley Manorhill junto a The Damned y Eater. Con ambas bandas iban a repetir cartel el 28 del mismo mes en el Electric Circus de Manchester. Antes de finalizar el año volverían a Londres para tocar en el Hope & Anchor, el 8 de diciembre, y dos días después harían lo mismo en Eric’s de Liverpool. Durante los primeros meses de 1977 iban a ser habituales del escenario del Roxy, de hecho fueron incluidos en la recopilación Live At The Roxy London WC2 que fue publicado en junio de 1977. Uno de los DJs del Roxy era el conocido Don Letts que iba a incluir al grupo de Manchester dentro de su documental Original Punk Rock Movie (1978).

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No fue fácil para Slaughter and The Dogs conquistar al público londinense y a la prensa, a la que después terminaron acusando de “muy chauvinista”. En una crónica de Neil Spencer publicada por New Musical Express (NME) de su concierto junto a The Adverts de 19 de enero de 1977 en el Roxy explica cómo “la banda ha luchado para atraer a más de 50 personas” debido a que la gente de la capital considera que “no son verdaderos punks porque son del norte”, pero también señala que «hay algo impresionante sucediendo aquí”. En el fanzine Ripped & Torn se puede leer otra reseña de un concierto de Slaughter & The Dogs en el Roxy, el de 22 de abril del ‘77 con The Lurkers. “Ellos de largo son el grupo visualmente más atractivo que he visto en este año (incluyendo a Sex Pistols). El cantante se presenta al mundo como un profesor demente corriendo desenfrenadamente en una escuela de 1940 con su capa polvorienta de maestro (EXCELENTE)”. 

Éramos de Manchester y fue por lo que decidimos mudarnos a Londres y entrar en esta mierda de promoción en los medios de comunicación. Éramos una verdadera banda de la calle con convicciones criminales. Queríamos enseñar a los jóvenes que con un poco de trabajo podrían salir de los problemas. Queríamos ser estrellas. Las otras bandas eran en plan no future y nosotros lo que queríamos era ser estrellas del punk rock, lo cual no era muy popular en aquel momento. Queríamos ser como Kiss y Bowie”, relata Barrett en Here Comes The New Punk.

En un artículo de David Brown publicado por la revista Sounds en septiembre de 1979, sobre sus conciertos en Londres, Barrett explicaba que “era una escena diferente”. “Quiero decir que ellos visten toda esa ropa punk que compran en tiendas pijas, en Kings Road, donde compramos nuestra ropa totalmente barata en las tiendas de Oxfam. La prenda más cara que he comprado es la capa y porque es antigua”. “Johnny Rotten estaba en un concierto nuestro en el Roxy, la gente estaba mirando cómo reaccionaba antes de hacer nada. Cuando él empezó a moverse, comenzaron a seguirle”, declaraba el cantante mientras el guitarrista Mick Rossi explicaba que “aquí hay gente que no tiene la imagen pero, sin embargo, disfruta de la música y frecuentemente hay personas que compran los discos, que es lo importante”. 

La primera oferta para publicar un single que recibieron tampoco fue de una compañía afincada en Londres si no de Rabid Records de su Manchester natal. “Estuvimos hablando con Martin Hannett porque grabó cuatro pistas con nosotros al principio, en una pequeña casa en Didsbury. Esa fue la primera grabación que hicimos con “’Marks’, ‘Love Speed ​​& Beer y ‘Child of Nature ‘. Aproximadamente un mes después, Martin se puso en contacto con nosotros nuevamente y dijo:’ Encontré un estudio y «Me gustaría volver a grabar con ustedes.» Estábamos cambiando, no un cambio drástico. Porque ‘Cranked Up Really High’ y ‘The Bitch’ para mí, no eran canciones punk, eran sólo canciones sobre drogas y chicos de la calle”, explica Barrett en la entrevista a Tony Fletcher.

En mayo de 1977 veía la luz el primer single de Slaughter and The Dogs, en cuya cara A figuraba “Cranked Up Really High” y por la B, “The Bitch”. A pesar de no contar con distribución nacional, muchos dueños de tiendas de discos independientes de Londres se hicieron con copias para vender a los punks de la capital. El single no capturaba la fuerza en directo de la que hacían gala como demuestra una crónica de su concierto en el Greyhound, en Croydon, publicada en el número #5 del fanzine Chainsaw en el verano de 1977. “El concierto comenzó con “Cracked Up Really High” mostrando la producción de broma que tiene el single… Ellos no parecen punks, todos tenían el pelo largo y bonito, y podías sudar cada vez más y hacia el final, el cantante Wayne se puso una bata de viejo profesor y empezó a trepar por los altavoces pareciendo Batman …”.

Todo lo que quiero hacer es ver a esos chicos sudorosos en una sala de conciertos tan destrozados que todo lo que quieran hacer después del concierto es irse a casa y dormir. Simplemente, tocar, tocar, tocar y moverse para que no rompan coches, roben a ancianas y toda esa mierda. Para que todo lo que quieran hacer después del concierto sea irse a dormir. Algunos de ellos se iban a dormir a los callejones porque no podían llegar a casa porque estaban hechos polvo. Los conciertos eran muy intensos en ese momento, porque hacíamos un set de hora, hora y media, simplemente tocando una canción tras otra. En los lugares en los que tocábamos, veías a los chicos empujándose unos a otros y simplemente divirtiéndose, una expresión física”, recuerda Barrett en la entrevista a Tony Fletcher.

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Con una buena reputación en directo, conciertos en la agenda y un single en el mercado, Slaughter & The Dogs iban a ser otra de esas bandas vinculadas al punk que iba a llamar la atención de las grandes compañías de discos del momento. Firmaron por Decca por un anticipo de £150.000, lo que también les llevó a tener que mudarse a Londres a finales de 1977 para hacer frente a las tareas promocionales. En agosto de ese año vio el primer single de la banda de Manchester con Decca, el segundo de su carrera, que contiene una de sus canciones más conocidas: “Where Have All The Boot Boys Gone?”. Un tema que estaría incluido en la mítica compilación Oi! The album (1980) y que fue escrito varios años antes de que la etiqueta oi! fuera creada. 

En noviembre del ‘77 iba a llegar un nuevo single, “Dame To Blame”, al que seguirían varios conciertos en algunos de los locales más importantes de Londres: The Nashville, Dingwalls y Marquee. En febrero de 1978 llegó su cuarto single, tercero para Decca, una versión de “Quick Joey Small” de Kasanetz-Katz. En la grabación de esta canción contaron con la ayuda a la guitarra de uno de sus héroes, Mick Ronson. Ventajas de estar en una compañía grande. A pesar de tocar por todo el país, de giras de un mes como Slaughter On The Streets junto a los también mancunianos The Drones como banda de apoyo en la mayoría de las fechas; y de contar con cuatro singles potentes, el éxito comercial esquivaba al cuarteto. A pesar de ello, en mayo de 1978 Decca iba a lanzar el primer LP del grupo de Manchester, el clásico Do It Dog Style, pero poco después de su salida, en junio, el grupo se separaba debido a las desavenencias con el sello. 

En una entrevista con Garry Bushell publicada en septiembre de 1979 en Sounds, Mick Rossi explicaba esta primera separación porque “las cosas no estaban funcionando. Estábamos tocando constantemente, tocando innumerables conciertos en el Roxy, habíamos construido una base de seguidores pero fue un gran bajón que el disco no entrase en las listas. Tuvimos muchos líos, algunos internos y otros con la compañía de discos, de quién creemos que no estaba lo suficientemente involucrada con nosotros. Tras el concierto del año pasado en Liverpool, nos separamos”.

La separación llevó a Wayne Barrett a mudarse a Francia, donde terminaría casándose y viviendo; mientras que en el otoño de 1978, Rossi, Bates y Muffet volvieron a la carga con Slaughter & The Dogs. Lo hicieron con el refuerzo de dos personas de Manchester que iban a alcanzar la fama en la década de los años 80s: el guitarrista Billy Duffy, que provenía de The Nosebleeds (banda surgida de Ed Banger and The Nosebleeds tras la marcha de Ed Banger) y que lograría el éxito como guitarrista de The Cult tras pasar por Theatre of Hate; y el vocalista Stephen Patrick Morrissey, un amigo de Duffy que iba a conocerse a la posterioridad como cantante de The Smiths y, posteriormente, también por su carrera en solitario. 

Con esta formación actuaron en septiembre de 1978 en el Russell Club de Manchester. El siguiente mes lo emplearon en realizar diversas audiciones en Londres para conseguir un nuevo contrato discográfico. En aquel momento, Morrissey había introducido en el repertorio en directo una versión de “Needle In The Haystack” de The Velvelettes. Morrissey compartía con el resto de la banda su gusto por el glam, de hecho él fue el presidente del club de fans de New York Dolls e, incluso, un año antes de conocer a Johnny Marr, en 1981 publicó su primer libro que era una biografía sobre la banda de Nueva York. 

Como no consiguieron contrato alguno, el periodo de Morrissey como vocalista de Slaughter & The Dogs llegó a su fin y fue Mick Rossi el que se hizo cargo del puesto, aunque sin mayor éxito ya que a finales de año la banda se separaba de nuevo. Sin embargo, en la nevera quedaron cuatro canciones que posteriormente iban a ver la luz en el 12” It’s Alright (1979). Antes de ello, Rossi, Bates y Duffy iban a montar una nueva banda The Studio Sweethearts, con Phil Rowland, de Eater, a la batería ya que Eric ‘Muffet’ Grantham dejó la música porque encontró trabajo en una fábrica. 

El recorrido de The Studio Sweethearts no fue muy largo. Tan sólo el single I Believe / It Isn’t Me, lanzado por el sello DJM Records en mayo de 1979. Curiosamente, internacionalmente fue lanzado en España y Alemania, pero en esta última edición lo hizo poniendo en la portada (supuestamente por error) Slaughter & The Dogs. La falta de conciertos y que en los que tocaban el público demandase a Slaughter & The Dogs provocó una nueva reunión del grupo con Wayne Barrett de nuevo en la formación. Rossi lo explicaba en una entrevista en NME. “No hubo conciertos adecuados para una nueva banda, aunque había muchos lugares que querían contratar a Slaughter. No podíamos seguir subvencionando a Sweethearts. Era una cuestión de supervivencia”. 

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Barrett, Rossi y Bates se juntaron de nuevo, contando con Phil Rowland como batería, y aprovecharon el contrato que The Studio Sweethearts tenían con DJM Records para lanzar en noviembre de 1979 un nuevo single, “You’re Ready Now”. Previamente, el 28 de julio habían hecho su primer concierto de retorno en Nottingham y al siguiente mes repitieron en casa, con una actuación en The Factory que posteriormente vería la luz bajo el título de Live At The Factory (1981). Tras realizar otros bolos, Slaughter & The Dogs volvieron a un estudio de grabación para registrar “You’re Ready Now”, un cover de Frankie Valli & The Four Seasons; la versión de estudio de “Runaway”, que previamente había visto la luz en directo en el disco Live At The Roxy WC2. No iba a durar mucho la aventura ya que en diciembre de 1979, Wayne Barrett dejaba de nuevo al grupo debido a diferencias musicales y se marchaba a Francia para casarse y vivir con su esposa. 

No iba a ser el final para Slaughter & The Dogs. En enero de 1980 Mike Rossi iba a reclutar un nuevo cantante para la banda y lo iba a hacer en casa. En Wythenshawe, ya que ofreció el puesto a Ed Banger, antiguo cantante de The Nosebleeds, banda que seguía ejerciendo de cantera de la banda. Barrett explicaba en su entrevista a Tony Fletcher que fue un movimiento lógico para sustituirle ya que “solíamos pasar el rato con Eddie & The Nosebleeds. Iban a beber a los mismos sitios que nosotros. Nos llevamos bien con ellos, porque sus antecedentes eran los mismos que los nuestros, eran bastantes similares, cuando miro hacia atrás entiendo por qué Mick trató de hacer que Eddie se uniera a la banda cuando me marché. Porque encajaba”.

Con Ed Banger, también conocido como Eddie Garrity, al micrófono la banda entró rápidamente al estudio de grabación para lanzar un nuevo single, “East Side of Town”, a principios de marzo de 1980, y su segundo LP, titulado Bite Back, unos días después. En este momento el grupo se renombró como simplemente Slaughter. Llegaría un nuevo single, “I’m the One”, en agosto del ‘80. Tras una pequeña gira de presentación, Ed Banger se marcharía del grupo que, a pesar de ello, iba a firmar un nuevo contrato con NEMS, pero no publicaría ningún tema nuevo porque Mike Rossi también decidió abandonar. Irónicamente esto sucedió justo cuando “Where Have All The Boot Boys Gone?” iba a ser incluida dentro de Oi! The Album, que vio la luz en el otoño de 1980, convirtiéndose en una canción que iba a influenciar a una nueva generación de bandas de skinheads.


Charlie Condenado


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